Otra vez el temita velo...

No sé si he dejado por escrito el hecho de que yo nací cansá. Soy poca amiga de los gimnasios, me aburrí del yoga a las dos clases, no practico pilates… lo único que hago es andar muchísimo por Manhattan y participar en marchas en Central Park tres o cuatro veces al año (Sida, cáncer de mama y pare usted de contar). De pequeña, por mucho que le suplicase a mi madre que me escribiera una nota, no me libraba de las clases de educación física aunque algunas amigas y yo nos escondíamos detrás de una pared en el aparcamiento de los autobuses para dar menos vueltas alrededor de las pistas de baloncesto. En esa época, el requisito indispensable para la clase de educación física era llevar puesto un chándal y calzado adecuado (zapatillas de deporte o como mucho bambas blancas en verano).

Ahora se deja que las niñas se pongan lo que les dé la gana. No en todos los colegios pero en algunos colegios privados de Minneapolis, como los padres son los que pagan, se está dejando que las niñas vayan tapadas de la cabeza a los pies y se tolera que participen en las clases de educación física vestidas de esta guisa: pantalones la que tiene suerte de poder ponerse pantalones, falda, jerseys o rebecas y velo. Y no hablo de un velo normalito que cubra sólo la cabeza sino de un velo que cubre cabeza, brazos y cintura – vamos que les llega hasta debajo del culo. Imagínate el calor que deben pasar las pobres en verano. Eso mientras sus hermanos y primos están la mar de cómodos con sus chándales.

Repito: los padres son los que pagan, luego se permite que mantengan tradiciones de sus países de origen para mantener los colegios abiertos. Cosa que me escandaliza, me molesta muchísimo y me irrita. Llámame intolerante si quieres pero dime tú a mí si es normal que tú o yo vayamos a Somalia, Irán, Irak, Afganistán y otros tantos países donde tengamos que respetar sus normas, entre otras cosas ponernos el velo nada más llegar – queramos o no queramos, ojo, porque si no estamos en una zona de turistas y no vamos con una escolta del ejercito o de la ONU y nos pillan sin velo nos arriesgamos a ser insultadas, manoseadas, violadas, torturadas y matadas a pedradas. Decía que dime tú a mí si es normal y/o de recibo que si vamos allí tengamos que ponernos desde un velo hasta a un burka y cuando vienen ellas a Europa o EEUU no sólo no se adapten a nuestra forma de vestir sino que encima desde los diferentes gobiernos se tolere que enseñen a las niñas a mantener tradiciones que son meras excusas para someter a las mujeres.

Yo no tengo hijas todavía. El día que las tenga espero criarlas con una serie de valores que a lo mejor escandalizan a más de uno. No sé cómo voy a enseñarles a no esperar a que un príncipe las rescate, a querer su propio cuerpo en la forma/talla que sea, a no avergonzarse de su sexualidad, a no sentirse inferiores a nadie y a comerse el mundo si sus compañeras de clase van cubiertas de los pies a la cabeza porque en sus casas piensan que el cuerpo de una mujer sólo debe ver visto por su marido y que proteger su virginidad las 24 horas del día es más importante que el que las niñas puedan sentirse cómodas y libres. Al paso que vamos, veremos a ver cómo me las apaño para explicarles que l@s director@s de sus colegios han tirado por la borda años de lucha feminista española-estadounidense (no sólo mía sino de mi madre, abuela, tías, primas, amigas…) para celebrar la estrechez de miras disfrazada de “diversidad” y “cultura” de otros países.

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