Doulas
La primera vez que una conocida mía, Virginia Ahearn, me dijo que se dedica a hacer cremas naturales, impartir cursillos sobre herboristería, cremas y pociones y además es doula certificada me quede con cara de: “¿eso qué es lo que es?”. Por lo visto una doula es una mujer que te asiste en tu casa antes, durante y después del parto. Aquí todo lo natural-orgánico-espiritual-erótico-festivo está de moda y una de las cosas que se llevan es parir no ya en el agua sino en tu casa como nuestras bisabuelas (sin epidural y sin un médico). Yo, que soy hipocondriaca perdida y estoy traumatizada con el parto desde que alguna teresiana o alguna canguro me puso un vídeo, aunque sepa la historia que hay detrás del lugar de la mujer en la medicina moderna, no me pienso apuntar a esta moda.
Virginia me contó que doula puede ser cualquier fulanita que rellene un papeleo, realice un taller durante cuatro fines de semana consecutivos, se lea los libros y folletos que le den en el taller, asista a partos como observadora o simplemente entregue un trabajo en el que explique su experiencia previa como preparadora de partos; asista a clases de lactancia o presente documentación que acredite que está calificada para enseñar a lactar; complete cuatro o cinco horas de clases de masaje a embarazadas; escuche cintas y vea vídeos requeridos y presente documentación que acredite que ha practicado con 3 familias a las que tiene que haber visitado después del parto.
Cuanto más me contaba, más convencida estaba yo de que, el día que me decida a tener hijas, pariré en un hospital con mi pareja, mi madre, la madre de mi pareja, mi ginecóloga o tocóloga y las enfermeras (todas mujeres porque así lo quiero) en la habitación - vamos que aquello va a parecer el camarote de los hermanos Marx. Amén de que me meterán mi chutazo de epidural nada más llegar al hospital. ¿Venir una extraña a mi casa a cocinarme cuando este recién pariá? Ni mijita. Ya se encargarán mi madre o mi mujer de tenerme la casa llena de comida sana, ya vendrán nuestras amigas con comida y regalos y ya me dirá mi madre cómo tengo que poner a la niña pa’que duerma. Además de que nos habremos chupado un montón de clases de preparación para el parto y el cuidado del bebé.
¿Es que como vas a comparar un taller de 4 fines de semana con una carrera universitaria? porque las matronas europeas tienen su carrera de enfermería y sus tres años de especialización. Una matrona europea puede prepararte para el parto en un hospital o centro de salud, incluso en su casa si estás en un pueblo, pero si te pones de parto te manda al hospital y de visitarte luego en tu casa nada de nada. Y en el hospital ella estará contigo pero también hay enfermeras y tu tocóloga o ginecóloga es la que te atiende durante el parto.
Virginia me quería vender la experiencia con la doula como una forma de empoderar a las mujeres, un renacer de la espiritualidad feminista, un hacer que la mujer tome las riendas de su vida y tome sus propias decisiones, un apoyar a todas las doulas que funcionan como empresarias autónomas (cobrando una pasta porque obviamente por amor al arte no lo hacen)… y yo le dije que no, que yo ya tomo mi propia decisión y contribuyo al feminismo teniendo una ginecóloga y asegurándome de que me atienda una mujer cuando dé a luz, pero en un hospital por si hay alguna complicación y con un chute de lo que sea para no enterarme de los dolores del parto.
Virginia Ahearn
www.vaherbalist.com
Dona International
www.dona.org
House of La Matrona
www.thematrona.com
Virginia me contó que doula puede ser cualquier fulanita que rellene un papeleo, realice un taller durante cuatro fines de semana consecutivos, se lea los libros y folletos que le den en el taller, asista a partos como observadora o simplemente entregue un trabajo en el que explique su experiencia previa como preparadora de partos; asista a clases de lactancia o presente documentación que acredite que está calificada para enseñar a lactar; complete cuatro o cinco horas de clases de masaje a embarazadas; escuche cintas y vea vídeos requeridos y presente documentación que acredite que ha practicado con 3 familias a las que tiene que haber visitado después del parto.
Cuanto más me contaba, más convencida estaba yo de que, el día que me decida a tener hijas, pariré en un hospital con mi pareja, mi madre, la madre de mi pareja, mi ginecóloga o tocóloga y las enfermeras (todas mujeres porque así lo quiero) en la habitación - vamos que aquello va a parecer el camarote de los hermanos Marx. Amén de que me meterán mi chutazo de epidural nada más llegar al hospital. ¿Venir una extraña a mi casa a cocinarme cuando este recién pariá? Ni mijita. Ya se encargarán mi madre o mi mujer de tenerme la casa llena de comida sana, ya vendrán nuestras amigas con comida y regalos y ya me dirá mi madre cómo tengo que poner a la niña pa’que duerma. Además de que nos habremos chupado un montón de clases de preparación para el parto y el cuidado del bebé.
¿Es que como vas a comparar un taller de 4 fines de semana con una carrera universitaria? porque las matronas europeas tienen su carrera de enfermería y sus tres años de especialización. Una matrona europea puede prepararte para el parto en un hospital o centro de salud, incluso en su casa si estás en un pueblo, pero si te pones de parto te manda al hospital y de visitarte luego en tu casa nada de nada. Y en el hospital ella estará contigo pero también hay enfermeras y tu tocóloga o ginecóloga es la que te atiende durante el parto.
Virginia me quería vender la experiencia con la doula como una forma de empoderar a las mujeres, un renacer de la espiritualidad feminista, un hacer que la mujer tome las riendas de su vida y tome sus propias decisiones, un apoyar a todas las doulas que funcionan como empresarias autónomas (cobrando una pasta porque obviamente por amor al arte no lo hacen)… y yo le dije que no, que yo ya tomo mi propia decisión y contribuyo al feminismo teniendo una ginecóloga y asegurándome de que me atienda una mujer cuando dé a luz, pero en un hospital por si hay alguna complicación y con un chute de lo que sea para no enterarme de los dolores del parto.
Virginia Ahearn
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