Segundo gilipollas del mes

Acabo el mes con otro gilipollas, José Luis Alvite por un artículo de opinión que no puede ser más machista, sexista y retrogrado ni entender menos de arte o de cómo funciona el proceso cinematográfico desde que se escribe un guión hasta que se produce una película.

Copio íntegramente lo publicado en La Razón:

"Con su proyecto de dar preferencia a las mujeres en la obtención de subvenciones públicas a la producción cinematográfica, la ministra de Cultura ha dejado claro que su lucidez es incluso inferior a la esperada y que su cociente intelectual roza casi los dramáticos niveles que en algunos casos preceden a la muerte súbita. Ángeles González-Sinde podía haber desempeñado su cargo con discretas pinceladas de esa inteligencia automática y puntual que mismo tienen los erizos, pero con el pretexto de la manida igualdad de género se ha empeñado en tomar decisiones cuya irresponsabilidad pueden traerle como consecuencia el desprecio de la opinión pública y, lo que es peor, su regreso a la actividad cinematográfica. Destruirá de esa manera la confianza que el presidente Zapatero depositó en Ángeles cuando, tal vez sin saberlo, el jefe de La Moncloa le hizo un gran favor al cine español al librarlo de ella. Mi idea desde hace algunos años es que del mismo modo que Italia solía prosperar en la medida en la que se quedaba a menudo sin gobierno, el cine español podría mejorar si prescindiese durante algún tiempo de sus películas. Una moratoria así nos permitiría reflexionar a todos y podría darse el caso de que por fin cayésemos en la cuenta de que quienes en este país no tengan talento para hacer buen cine sean al menos lo bastante inteligentes como para renunciar a la gravosa e imperdonable estupidez de intentarlo. No se trata de ser hombre o mujer. En la creación artística no hay otro sexo que no sea el hermafrodita sexo del talento, esa extraña e infrecuente sensación de inenarrable divinidad que no se sabe muy bien con qué criterio se reparte entre las cabezas de los seres humanos, pero que no hay constancia alguna de que tenga algo que ver con que a Ángeles González-Sinde se le haya subido por las buenas el útero a la cabeza. Por mucho que se empeñe el feminismo radical, a diferencia del aliento, el carácter y la jaqueca, el talento no tiene nada que ver con la ovulación. Se comprende que en nombre de la igualdad la señora ministra quiera ayudar con dinero a las mujeres, pero es moralmente reprobable que lo haga con los mismos criterios con los que el servicio forestal podría sucumbir a la tentación de subvencionar el fuego".

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