Se solicitan meseras
Hace ya dos años largos la butch con la que estaba saliendo y yo buscábamos un restaurante nuevo y nos dio por entrar a uno hispano que acababan de abrir a unos 10 minutos de mi casa. Nada más entrar vimos que el restaurante tenía cuatro mesas contadas, una barra muy larga y una zona con una tarima y muchos espejos. En la barra había una camarera despechugada y dos tíos sentados mirándole las tetas. En la tarima había un salido restregándose contra una mujer que no parecía precisamente su pareja aunque estuviera bailando con él. Aquello tenía una pinta rara, no nos gustó y salimos por donde habíamos entrado.
Tonta no soy. Sabía perfectamente que en los barrios donde se concentran los inmigrantes hispanos hay restaurantes donde las chicas tienen que ir ligeritas de ropa para atraer a los clientes. Me dio mucha pena ver que no sólo tienen que servir cervezas mostrando pechuga (posibilidad que he contemplado alguna que otra vez porque con este tetamen me podía sacar un buen sobresueldo a base de propinas) sino que encima también tenían que bailar con los clientes. Me he acordado de ese restaurante (que sigue abierto) porque acabo de ver un anuncio de trabajo en el que buscan meseras con buena presencia, capaces de bailar bachata, merengue, duranguense, cumbia, etc, que estén dispuestas a trabajar 3 o 4 noches a la semana, dejarse sobar y emborrachar a los clientes por $2 por cada canción bailada, $4 por cada copa consumida y $10 por cada botella vendida.
Tela. Tela que a estas alturas una mujer siga teniendo que rebajarse a vender carne para que otros se forren a su costa por mucho que sea en un restaurante en lugar de en un puticlub. En EEUU las taxi dancers se hicieron muy populares en el periodo de entreguerras (1920s – 1930s) pero desaparecieron a finales de la Segunda Guerra Mundial. En España yo no sé si alguna vez las ha habido. En Latinoamérica siguen siendo muy populares y las han exportado a EEUU donde estos restaurantes se llenan de inmigrantes hispanos que tienen a las familias lejos o simplemente quieren tomarse una cerveza con los amigos y demostrar su hombría restregándose con chicas que, sin estudios y sin saber hablar inglés, tienen pocas opciones laborales.
Tonta no soy. Sabía perfectamente que en los barrios donde se concentran los inmigrantes hispanos hay restaurantes donde las chicas tienen que ir ligeritas de ropa para atraer a los clientes. Me dio mucha pena ver que no sólo tienen que servir cervezas mostrando pechuga (posibilidad que he contemplado alguna que otra vez porque con este tetamen me podía sacar un buen sobresueldo a base de propinas) sino que encima también tenían que bailar con los clientes. Me he acordado de ese restaurante (que sigue abierto) porque acabo de ver un anuncio de trabajo en el que buscan meseras con buena presencia, capaces de bailar bachata, merengue, duranguense, cumbia, etc, que estén dispuestas a trabajar 3 o 4 noches a la semana, dejarse sobar y emborrachar a los clientes por $2 por cada canción bailada, $4 por cada copa consumida y $10 por cada botella vendida.
Tela. Tela que a estas alturas una mujer siga teniendo que rebajarse a vender carne para que otros se forren a su costa por mucho que sea en un restaurante en lugar de en un puticlub. En EEUU las taxi dancers se hicieron muy populares en el periodo de entreguerras (1920s – 1930s) pero desaparecieron a finales de la Segunda Guerra Mundial. En España yo no sé si alguna vez las ha habido. En Latinoamérica siguen siendo muy populares y las han exportado a EEUU donde estos restaurantes se llenan de inmigrantes hispanos que tienen a las familias lejos o simplemente quieren tomarse una cerveza con los amigos y demostrar su hombría restregándose con chicas que, sin estudios y sin saber hablar inglés, tienen pocas opciones laborales.
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