Gente con mucho tiempo libre
Hay gente con mucho tiempo libre (mucho más que yo que ya es decir) y muy mala leche suelta por el mundo. Llevo dos semanas recibiendo emails desde diferentes cuentas de correo electrónico y perfiles de Facebook poniendo a parir a una tal Fulanita*** a la que no conozco de nada. Tanto los emails como los perfiles de Facebook dan el cante de haber sido creados expresamente para esta campaña de desprestigio a nivel de niños de parvularios (por las formas, por el lenguaje, por las faltas de ortografía, por los insultos, etc).
A Fulanita no la puede ni ver – no se sabe si un antiguo amor que no lleve bien la ruptura o que ella esté con otra persona, o una amiga de esas que te quieren tanto que te pegan la puñalada por la espalda. Los emails y mensajes son un corta-pega del mismo texto escrito por “una ex amiga despechada” que cuenta vida y milagros de Fulanita, entre otras cosas que “es prostituta y drogadicta, frecuenta muy malas compañías...” (lo que, de ser cierto, dice también mucho de la supuesta amiga: dime con quién andas…). Lo mismo es que le debe dinero a alguna loca tipo pitonisa Lola que remata sus mensajes con un: “maldita pagarás todo el daño que haces” en plan “a ese lagarto le pongo velas negras”.
Fulanita supuestamente ha llevado a juicio a un hombre inocente y él ha acabado siendo condenado. Es que de verdad el texto no tiene ni pies ni cabeza – no hay más que leerlo para darse cuenta de que no es más que una sarta de mentiras. Lo preocupante para mí es que la persona que hay detrás de todo esto da la dirección de Fulanita y el nombre y apellido de los padres alegremente. Una reacción a mi modo de ver no muy normal entre mujeres que han sido amigas (lo mismo sí, lo mismo la ex amiga es un bicho) ni legal. Allá cada cual con lo que quiera poner en sus blogs y foros pero si ahora algún loco se va a casa de Fulanita a pegarle un susto a ella o a los padres ¿qué?
Eso por una parte. Por otra: si ese hombre es inocente, si lo que dicen los emails es verdad, que recurra la sentencia o denuncie al juez o realice los trámites que tenga que realizar para ser puesto en libertad y a mí que me deje tranquila la petarda que me escribe porque yo no tengo nada que ver en ese entierro. Puedo entender hasta cierto punto que me mandase un email (en singular porque estoy convencida de que detrás de esto hay una sola persona, como ya digo, con mucho tiempo libre y mucha mala leche) pero no entiendo ni tengo por qué aguantar los casi diez emails que ya lleva (¡sin que le haya contestado ni uno!), las invitaciones a conectar a través de Facebook ni los tres o cuatro mensajes privados con el mismo texto.
*** Fulanita está avisada vía mensaje privado y espero que haya tomado las medidas pertinentes que en España son ir a la Guardia Civil con copias de los emails en mano y denunciar este acoso al grupo de delitos telemáticos: http://www.guardiacivil.org/telematicos/modelos.htm. La persona que me está mandando emails y mensajes privados en Facebook porque no tiene nada mejor que hacer está ignorada, bloqueada y denunciada en Facebook y sus emails en mi filtro de spam. Ya se cansará de suplicarme una respuesta (ojo que es que encima lo suelta tal cual: “suplico una respuesta por tu parte”, tela marinera).
A Fulanita no la puede ni ver – no se sabe si un antiguo amor que no lleve bien la ruptura o que ella esté con otra persona, o una amiga de esas que te quieren tanto que te pegan la puñalada por la espalda. Los emails y mensajes son un corta-pega del mismo texto escrito por “una ex amiga despechada” que cuenta vida y milagros de Fulanita, entre otras cosas que “es prostituta y drogadicta, frecuenta muy malas compañías...” (lo que, de ser cierto, dice también mucho de la supuesta amiga: dime con quién andas…). Lo mismo es que le debe dinero a alguna loca tipo pitonisa Lola que remata sus mensajes con un: “maldita pagarás todo el daño que haces” en plan “a ese lagarto le pongo velas negras”.
Fulanita supuestamente ha llevado a juicio a un hombre inocente y él ha acabado siendo condenado. Es que de verdad el texto no tiene ni pies ni cabeza – no hay más que leerlo para darse cuenta de que no es más que una sarta de mentiras. Lo preocupante para mí es que la persona que hay detrás de todo esto da la dirección de Fulanita y el nombre y apellido de los padres alegremente. Una reacción a mi modo de ver no muy normal entre mujeres que han sido amigas (lo mismo sí, lo mismo la ex amiga es un bicho) ni legal. Allá cada cual con lo que quiera poner en sus blogs y foros pero si ahora algún loco se va a casa de Fulanita a pegarle un susto a ella o a los padres ¿qué?
Eso por una parte. Por otra: si ese hombre es inocente, si lo que dicen los emails es verdad, que recurra la sentencia o denuncie al juez o realice los trámites que tenga que realizar para ser puesto en libertad y a mí que me deje tranquila la petarda que me escribe porque yo no tengo nada que ver en ese entierro. Puedo entender hasta cierto punto que me mandase un email (en singular porque estoy convencida de que detrás de esto hay una sola persona, como ya digo, con mucho tiempo libre y mucha mala leche) pero no entiendo ni tengo por qué aguantar los casi diez emails que ya lleva (¡sin que le haya contestado ni uno!), las invitaciones a conectar a través de Facebook ni los tres o cuatro mensajes privados con el mismo texto.
*** Fulanita está avisada vía mensaje privado y espero que haya tomado las medidas pertinentes que en España son ir a la Guardia Civil con copias de los emails en mano y denunciar este acoso al grupo de delitos telemáticos: http://www.guardiacivil.org/telematicos/modelos.htm. La persona que me está mandando emails y mensajes privados en Facebook porque no tiene nada mejor que hacer está ignorada, bloqueada y denunciada en Facebook y sus emails en mi filtro de spam. Ya se cansará de suplicarme una respuesta (ojo que es que encima lo suelta tal cual: “suplico una respuesta por tu parte”, tela marinera).
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