Fíate de la Virgen…

Tony Perkins es un norteamericano blanco de 47 años, divorciado, con cuatro hijas, con trabajo estable y labia para engatusar a mujeres a través de una página de contactos en internet. A simple vista, a pesar de la edad, el divorcio y las cuatro hijas, un hombre normal y corriente que podría ser el tipo de cualquiera de mis amigas hetero. Tony Perkins está detenido en Indiana donde se le acusa de poner en peligro la vida de al menos 26 mujeres con las que tuvo relaciones sexuales sin utilizar ningún tipo de protección y sin decirles que tiene Sida. Se cree que pueda haber mantenido relaciones sexuales con más de 100 mujeres desde que se contagió hace poco más de una década hasta que se le diagnosticó la enfermad (2004). Al principio fue responsable, les decía a las mujeres con las que salía que tenía Sida pero como eso las asustaba, decidió no decir nada. En otras palabras: quería seguir metiéndola en calentito y además estaba cabreado por haber sido rechazado así que comenzó a acostarse con mujeres sabiendo lo que hacía: las seleccionaba en la página de contactos, se interesaba por sus gustos y aficiones, se las camelaba e iniciaba relaciones con ellas. A veces rollos de una noche, a veces relaciones de más de dos años, pero con todas mantenía relaciones sexuales sin revelar que tenía Sida para joderles la vida en la medida de lo posible. No se sabe cuántas mujeres se habrán contagiado de Sida después de mantener relaciones sexuales con él. Tampoco se sabe si Tony se contagió de una prostituta o una ex novia pero lo que sí ha declarado en plan chulo a la policía es estar orgulloso de lo que hace: “me lo contagió una zorra y si una zorra quiere acostarse conmigo la primera noche merece lo que obtiene”. Toma moreno. Eso teniendo como tiene cuatro hijas (¿cómo se sentiría si alguna de sus hijas le llegase a casa diciéndole que tiene VIH, Sida o cualquier enfermedad de transmisión sexual por fiarse de su pareja?). Desde 1993 en Indiana tener relaciones sexuales con una persona sin contarle antes que eres portador de VIH, Sida o hepatitis B es un delito. Lo triste es que las leyes de este estado sólo recogen una pena de 3 años de cárcel – no tengo claro si por cada contagio o en total. Lo que desde luego se merece es que lo encierren de por vida y tiren la llave. Morirse se morirá él sólo porque, aparte de ir en plan picha brava intentando contagiar a toda la que pueda, también decidió dejar su tratamiento hace dos años.

A lo que voy es a que no nos podemos fiar de nadie. Esas mujeres, sean 26 o sean 100, se acostaron alegremente con quien pensaban que era un mirlo blanco que luego ha resultado ser un lobo disfrazado de piel de cordero. Está claro que él es un cabronazo, pero ellas tenían la obligación de protegerse y no abrirse de piernas a no ser que él se pusiese un preservativo. Obligación para sí mismas. Estoy cansada de escuchar a mis amigas hetero hablar de cómo no se protegen con sus rollos de una noche y/o novios. Creen que no necesitan protegerse y me dan las excusas más estúpidas que te puedas imaginar: “el Sida es una enfermedad gay”, “fulanito no fuma, no bebe… es un buen chico”, “con el preservativo no siento nada”, “con el preservativo no siente nada”, “me fio de él”, “no tiene nada”, “está sano”, “no parece estar enfermo”, “él nunca me haría una cosa así”, etcétera, etcétera, etcétera.

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