Harriet Hosmer

Harriet Hosmer
1830-1908

Harriet Hosmer, famosa escultora del siglo diecinueve, fue la primera mujer en entrar en el mundo de la escultura neoclásica, un terreno hasta entonces exclusivamente masculino. Esta situación que le causó muchas bromas y tormento durante su vida.

Harriet fue ciada por su padre, el físico Dr. Hosmer en Watertown, Massachusetts. Su madre y hermanos habían muerto de tuberculosis, por lo que su padre decidió criarla como a un niño, para que creciera fuerte y resistente a la enfermedad. Alentaba el interés de Harriet por montar a caballo, disparar y esculpir. Le permitió armar su primer estudio dentro de la propiedad de la familia, y aunque las escuelas de medicina no permitían estudiantes mujeres, un amigo de su padre le enseñó anatomía.

El comportamiento de Hosmer era considerado escandaloso. Su vestir masculino y conducta informal eran muy poco comunes entre las mujeres de su distinguido círculo social, lo que inspiró diversos rumores.

Una de las obras tempranas de Hosmer llamó la atención de la actriz bostoniana Charlotte Cushman, una lesbiana famosa por interpretar papeles de hombre, que se preparaba para viajar a Roma. Sabiendo que la mayoría de las escuelas de arte estadounidenses o se rehusaban a aceptar estudiantes mujeres o les cobraban más, Cushman convenció al padre de Hosmer para permitirle a Harriet viajar a Roma y vivir bajo su cuidado.

En 1852 se fue a Roma. El círculo de amistades de Cushman consistía en su mayoría de mujeres emancipadas, y la joven Hosmer rápidamente se transformó en una figura clave en este mundo creativo e intelectual. Las escultoras Anne Whitney y Edmonia Lewis la veían como a un modelo a seguir. Hosmer se unió a un gran círculo internacional de artistas y escritores, entre los cuales se encontraban la actriz Charlotte Cushman, los poetas Robert y Elizabeth Barrett Browning, y los escritores Nathaniel Hawthorne y Henry James. Su talento para hacer amistades y su espíritu independiente le proporcionaron una larga y exitosa carrera.

Hosmer fue aceptada como la única discípula del escultor inglés John Gibson. Más adelante, ésta relación sería víctima de envidiosos rumores que acusaban a Gibson de hacer el trabajo de Hosmer. Su primer gran éxito fue la escultura de “Puck”, que fue comprada por el Príncipe de Gales. Debido a su gran popularidad, Hosmer hizo cincuenta réplicas que vendió a mil dólares cada una. Más adelante, el estado de Missouri le encargó una gran escultura del Senador Thomas Hart Benton. Cuando los detractores de Harriet acusaron a su trabajo de ser hecho por asistentes hombres, ella consiguió varias órdenes judiciales que obligaban a numerosas revistas de arte a retractarse de sus acusaciones de plagio y escribió en su defensa un artículo en Atlantic Monthly, en “The Process of Sculpture”.

Como otros artistas neoclásicos, Hosmer generalmente representaba temas y figuras mitológicas. Prefería especialmente a los personajes femeninos cuyas historias representaban sus arraigados pensamientos feministas.

Harriet era una conquistadora asumida. Sostuvo una cercana relación con Cornelian Crow, una amiga de escuela que más tarde se convertiría en su biógrafa. Sin embargo, su más intensa relación fue con Louisa Ashburton, una viuda de la nobleza escocesa. Las dos mujeres compartían sus finanzas y se escribían cartas íntimas que hablaban sobre celos y devoción.

Eventualmente, Hosmer regresó a Estados Unidos, donde fue recibida como la gran y reconocida artista que era. Su retrato de la Reina Isabella fue exhibido en la World’s Columbian Exposition de 1893, y aunque el estilo neoclásico ya estaba algo pasado de moda, fue bien recibido.

Poco antes de su muerte, Hosmer estuvo trabajando en la creación de una máquina de movimiento perpetuo. Murió en 1908 en Watertown.

© Cultura lesbiana
Fuente: http://culturalesbiana.blogsome.com/2006/01/13/harriet-hosmer/

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