Pan

En España ha subido el butano, la electricidad y las hipotecas, pero lo que tiene que estar carísimo es el pan porque es abrir Zapatero la boca y subir otro poco. ¿Quién le escribe los discursos a este hombre? ¿el guionista de Pocahontas? ¿la Tacones? Hay determinadas cosas que te esperas de cualquier presidente norteamericano o del presidente/dictador de cualquier república bananera pero que en boca de un presidente español producen un repeluco y una vergüenza ajena difícil de borrar – cosas que hasta este momento nos permitían a los españoles pensar que estábamos a otro nivel y reírnos de los discursos apocalípticos de esos dos grandes amigos que tiene en Chavez y Morales. Un poquito más avanzados intelectualmente, un poquito más experimentados en la separación de Iglesia y Estado, con un gobierno un poquito más serio o en condiciones... tú ya me entiendes. Zapatero nos ha quitado la venda de los ojos. Si en Copenhague ya tuvo un momentazo Pocahontas que a más de una y más de dos nos hizo levantar la ceja (“La tierra no pertenece a nadie, sólo al viento”) lo de que cite pasajes de la Biblia en un discurso político es ya el acabose. Primero, qué manera de hacer el ridículo. Segundo, qué forma de que se le vea el plumero. Así se explica una por qué este gobierno tan feministo, tan solidario, tan avanzado y tan rumboso todavía no se ha pronunciado sobre el arzobispo de Granada, por qué le va a dar 6,000 millones a la iglesia católica y por qué quitar los crucifijos de colegios públicos no entra en sus prioridades. Habrá hablado de inmigración, derechos LGBT y desempleo pero en mi modesta opinión se ha cubierto y nos ha cubierto de gloria el tío.