Señales

Otra de las moda adoptada por los jueces españoles es la de no aceptar la versión de la mujer que es víctima de una violación en cuanto un/a forense dice que no hay señales obvias de una violación o que, si las hay, estas no indican una resistencia especial. Tómame en cuestas. En Córdoba (vergüenza me da ser cordobesa a veces oyes) han absuelto a un hombre acusado de violación primero porque según el forense la víctima no presentaba signos de violencia y segundo porque según los jueces ya se había abierto de piernas con el violador antes así que la violación forzosamente debía ser algo placentero para la mujer, mismamente como una vuelta en los ponis de la feria mireuste.

Es la segunda o tercera sentencia que recuerdo desde finales del año pasado donde los jueces confunden pasividad o silencio con consentimiento. ¿Qué debe hacer una mujer en caso de violación? ¿ponerse a gritar: “¡no me quites la honra! ¡no me violes! ¡no me violes!” hasta que su violador le rompa la mandíbula a puñetazos para que a los jueces no le quepa duda de su moralidad intachable y de que ha sido una violación? ¿rezar para que su violador además de llenarle la vagina de semen le abra la cabeza para que el personal sanitario y forense la crea? ¿presentar cuatro testigos que declaren a su favor como en los países que se rigen por la sharia? (¡¿llegaremos a eso Dios mío?!) ¿dejarse matar para que sus señorías condenen a su violador a doce ridículos años? Si una mujer se queda paralizada con sentimientos de miedo, ansiedad, vergüenza… y no le sale la voz del cuerpo ¿significa eso que está disfrutando como una perra y que al violador hay que darle una medalla porque a la vista está que le está haciendo un favor a la violada? ¡Hombre por favor! ¡¿estamos locos?!

Como decía arriba, lo que todavía es más grave es que los jueces de la Audiencia Provincial de Córdoba dicten una sentencia a través de la que básicamente establecen y defienden un derecho de pernada vitalicio para cualquier hombre que se haya acostado con una mujer. En este caso, dicen los jueces, como la víctima había tenido relacione sexuales consentidas con su violador varias veces en el pasado, el violador esperaba “que en esta ocasión volviese a ocurrir lo que sucedió en idénticas ocasiones precedentes". Osea que por esa regla de tres si yo ahora vuelvo a Córdoba y a cualquiera de los niñatos con los que me acosté antes de salir del armario se le ocurre violarme, ¿no tengo yo derecho a poner una denuncia porque ya me he acostado con ellos? ¿aunque fuese hace 15 años? Toma moreno. Por esa regla de tres, tampoco una mujer casada puede negarse a tener relaciones sexuales con el marido – como negarse puede, pero si el marido se encabrona y la viola, luego la que tiene que aguantar represalias y/o problemas físicos (a ver cómo se creen los jueces que se le quedan la vagina y el cuerpo a una después de una violación) va a ser ella ya que por lo menos en la Audiencia Provincial de Córdoba parece ser que no van a creerla.

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