Otra de neandertales

En Cataluña acaba de salir a la luz un nuevo caso donde un hombre ha tenido encerrada a su mujer en su piso. Si en el 2006 otro energúmeno tuvo encerrada a su mujer durante un mes “para protegerla”, ahora ha sido durante más de un año. En el caso que salió a la luz en el 2006 el marido llevaba viviendo en España 5 años, por fin se había traído a la mujer y en lugar de enseñarle a moverse por su ciudad y darle un teléfono móvil la tenía encerrada. No sé qué excusa dará el cromañón que fue detenido por los Mossos d'Esquadra el sábado pasado. La cosa es que de nuevo tenemos a un ciudadano de un país donde el islam es la religión mayoritaria que llega a España a trabajar, ganar dinero, vivir más o menos a cuerpo de rey comparado con su país de origen, que hace su vida… y tiene a la mujer literalmente encadenada y encerrada en su casa. Ante cosas como estas una no tiene más remedio que darle la razón a Rajoy cuando salió con aquella propuesta de un examen de ciudadanía o que pensar en el caso de los Países Bajos donde les ponen un vídeo antes de que lleguen al país (en palabras de su ministra de Inmigración: si no aceptan la homosexualidad o que la mujer tenga derechos y libertades, que se queden en su casa); un vídeo para que luego no puedan ir diciendo que desconocían las leyes del país al que se han mudado, que no sabían que las mujeres o lesbianas, gays, bisexuales y transexuales tenían derechos, etcétera. Lo que no puede ser es eso: que vivan como reyes del mambo y tengan a las mujeres peor que a animales viviendo como viven en un país democrático. ¿Qué va a pasarle ahora a este hombre? Está en la cárcel acusado de detención ilegal pero con el sistema legal tan maravilloso que tenemos en España puede estar en la calle mañana mismo para volver a encerrar a su esposa o a otra mujer en caso de que esta pueda divorciarse y hacer su vida con ayuda de ONGs. En lugar de acusarlo de detención ilegal, que lo deporten y punto.