Boicot al grupo José Luis

La semana pasada se produjo una agresión lesbofoba en la cervecería José Luis (Paseo de la Habana n 4, Madrid, España) ante la indiferencia de sus trabajadores. Una pareja de lesbianas estaba sentada con una amiga, esperando a que les sirvieran la cena cuando el señor de la mesa de al lado les dijo que se fuesen a comer a casa llamándolas bolleras y enfermas de mierda. Hubo un cruce de insultos y el hombre acabó levantándose y pegándole una bofetada a una de ellas. Desde los camareros a la dirección, nadie intentó calmar al sesentón que perdió los papeles, nadie intentó detenerlo cuando se levantó a pegarle un bofetón a una de ellas y nadie tuvo dos dedos de frente para impedir que saliese de la cervecería antes de que llegase la policía. Claro que las que tuvieron que llamar a la policía fueron ellas – en la cervecería no creían que la cosa fuera para tanto. ¿Qué te dan una bofetada mientras estas cenando? Oye pues es culpa tuya por lesbiana. Si no quieres que te peguen, quédate en tu casa ¿no?

Aun con una denuncia y un parte médico de por medio, desde la cervecería y el grupo José Luis dicen que o no tienen constancia de que sucediera nada, o no creen que la cosa sea para tanto o directamente intentan culpar a las víctimas. ¿Qué? Sí hija, es que, para remate del tomate, el propietario de la cadena de restaurantes y cervecerías, José Luis Ruiz, ha declarado “Estas señoras, o señoritas, estaban haciendo cosas que no se deben hacer en un establecimiento público”. ¿No os recuerda al dueño de Casa Parrondo? Porque a mi sí. Claro que de un restaurador de categoría no se pueden escuchar palabras como “tetas”, “sobeteos” o “cocaína” (es que el de Casa Parrondo tuvo los santos cojones de inventarse que las chicas a las que quería echar del restaurante se habían sacado las tetas, se habían sobeteado frente a los clientes y le habían dejado el baño perdido de cocaína mireuste). No. José Luis es una casa con categoría, con establecimientos y personal de categoría, con un propietario de categoría que no dice explícitamente pero sí insinúa que estas tres lesbianas se merecían los insultos y el bofetón por hacer “cosas que no se deben hacer en un establecimiento público”. A saber: besarse. Besarse en público es perfectamente normal y aceptable siempre que lo hagan dos heterosexuales, pero si lo hacen dos mujeres se ve que para la dirección del grupo es algo gravísimo y lo que deben hacer sus emplead@s – por lo menos los de esta cervecería en concreto – es mirar para otro lado mientras los clientes las agreden verbal y físicamente a ver si así las bolleras se van a comer a sus casas y no vuelven más.

No me extraña que un sesentón sea un lesbofobo machista que piense que sus santos cojones son ley, que las mujeres deben comportarse según lo que él entienda por "moral" y se crea en el derecho de insultar y pegar a quien no vea las cosas como él. Me repatea que haya prepotentes sueltos por el mundo, pero no me extraña. Llámame mal pensada pero no habría sido tan valiente ni habría corrido tanto para ponerle los puntos sobre las íes a nadie si sus vecinos de mesa hubiesen sido tres hombres, por muy homosexuales que fuesen, por mucha pluma que tuviesen. Este hombre debe de creer en estereotipos sobre lesbianas y homosexuales así que supongo que, pensando que todos los gays se pasan la vida en el gimnasio y le podrían haber partido la cara, aunque por dentro se lo estuviera comiendo el asco por tener a dos "maricones" en la mesa de al lado y la impotencia de no poder hacer nada, no se habría atrevido a insultarlos.

Es una vergüenza que ese sesentón con síndrome de neurona única calcificada se pasee tranquilamente por la calle (¿pagó en efectivo? ¿no hay forma de rastrear su tarjeta de crédito? ¿no hay cámaras de seguridad en la cervecería o en los negocios de la zona? ¿no tiene la policía dibujantes que les haga retratos robot a carboncillo o eso sólo pasa en EEUU?). También es una vergüenza que el personal de la cervecería y el dueño del grupo José Luis se posicionen al lado de un cliente lesbofobo. Llámame mal pensada pero no creo que su reacción hubiese sido la misma si las víctimas fuesen dos personas de raza negra. Ni en un millón de años se les habría ocurrido insinuar que la culpa es de las víctimas por ser de raza negra y no quedarse en su casa. Tampoco se habrían quedado calladas las organizaciones de defensa de los derechos humanos que ahora mismo están calladas como si esta agresión no fuese con ellos.

En fin, o mucho cambian las cosas, o José Luis entra a formar parte de la lista de restaurantes y cervecerías a los que no ir ni muert@s. De momento, yo ya no voy a recomendárselo a nadie cuando me pregunten dónde se come bien en Madrid. Dejo la dirección de la cervecería y de la sede central por si quieres ponerte en contacto con ellos exigiendo que se disculpen públicamente. Más abajo copio las direcciones de sus cervecerías y restaurantes por si quieres apuntarte al boicot.

Cervecería José Luis
Paseo de la Habana n 4
28046 Madrid (España)
91 562 31 18

Sede Central
Grupo José Luis
Avda. de la Industria 35
Polígono Industrial de Alcobendas
20108 Alcobendas
Madrid (España)
91 484 43 00
joseluis@joseluis.es
http://www.joseluis.es

Cervecerías:

C/ Rafael Salgado, 11
C/ General Oráa, 5
Pº de Alcobendas. La Moraleja
C/ Serrano, 89
Pº de la Habana, 4
Pº Francisco de Sales, 14

Restaurantes:

C/ Rafael Salgado, 11
La Masía. C/ Las Provincias
El Galpón. C/ Francisco Gervás, 16

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