Hombre por un día
Me gustaría ser hombre por un día. ¿Qué digo un día? Con un par de horas me conformaba. Ya no aguanto más. Necesito saber qué tiene de especial tener un pene y dos testículos. Primero y principal, por el tema autobús que ya sabéis que me trae por el camino de la amargura eso de que se me repantigue un tío al lado y vivo sin vivir en mí no sabiendo si los huevos se les recalientan o tienen dentro un reloj haciéndoles la cuenta atrás para avisarles de que si se sientan con las piernas cerradas más de un minuto les estallarán o algo. Segundo, para saber qué problema tienen con ponerse preservativo.
Esta semana se le está dando un montón de bombo a una crema vaginal que se tiene que poner la mujer cada 12 horas para reducir el contagio del Sida en un 39%. Y, digo yo, ¿pa’ese viaje hacen falta alforjas? Vamos a ver, si el preservativo es entre un 80% y un 95% efectivo en la prevención de la transmisión del Sida y otras enfermedades venéreas, si lleva siglos inventado ¿por qué se empeñan en rizar el rizo e inventar cosas innecesarias? ¿es una necesidad imperiosa o es puro capricho porque las personas que están al mando de todos estos estudios y experimentos no dejan de ser hombres que piensan con la polla antes que con el cerebro y que están más interesados en meterla en calentito que en encontrar una cura? Porque, repito, teniendo preservativos desde el siglo XVI no sé por qué se empeñan en inventarse otros métodos como cremas vaginales cuando el dinero que se gasten en investigación y desarrollo de la cremita podrían destinarlo a encontrar una vacuna o mejorar la medicación que ahora mismo se le da a las personas que viven con VIH/Sida. Esta crema vaginal tampoco es la mejora ni el avance para la mujer que intentan vendernos. Si nos conocemos el percal, si en cuanto a un tío le das la opción de no ponerse un preservativo, aunque suba el riesgo de contagio de Sida, no se lo pone. Mejora y avance será empoderar a las mujeres para que estén en condiciones no ya de negociar sino de exigir el uso del preservativo sin que esta exigencia las ponga en riesgo de ser violadas o maltratadas por sus parejas.
Esta semana se le está dando un montón de bombo a una crema vaginal que se tiene que poner la mujer cada 12 horas para reducir el contagio del Sida en un 39%. Y, digo yo, ¿pa’ese viaje hacen falta alforjas? Vamos a ver, si el preservativo es entre un 80% y un 95% efectivo en la prevención de la transmisión del Sida y otras enfermedades venéreas, si lleva siglos inventado ¿por qué se empeñan en rizar el rizo e inventar cosas innecesarias? ¿es una necesidad imperiosa o es puro capricho porque las personas que están al mando de todos estos estudios y experimentos no dejan de ser hombres que piensan con la polla antes que con el cerebro y que están más interesados en meterla en calentito que en encontrar una cura? Porque, repito, teniendo preservativos desde el siglo XVI no sé por qué se empeñan en inventarse otros métodos como cremas vaginales cuando el dinero que se gasten en investigación y desarrollo de la cremita podrían destinarlo a encontrar una vacuna o mejorar la medicación que ahora mismo se le da a las personas que viven con VIH/Sida. Esta crema vaginal tampoco es la mejora ni el avance para la mujer que intentan vendernos. Si nos conocemos el percal, si en cuanto a un tío le das la opción de no ponerse un preservativo, aunque suba el riesgo de contagio de Sida, no se lo pone. Mejora y avance será empoderar a las mujeres para que estén en condiciones no ya de negociar sino de exigir el uso del preservativo sin que esta exigencia las ponga en riesgo de ser violadas o maltratadas por sus parejas.
Comments
Post a Comment