El cartero siempre llama dos veces

Me ha dado por ver "clásicos" online ya sea vía Netflix (mi videoclub) ya sea vía Hulu u otras páginas donde puedes ver pelis sin descargártelas. Películas que soportan el paso del tiempo como El Expreso de Media Noche, No Sin mi Hija, Niágara, etc y películas que no había visto todavía. Esta semana le ha tocado a “El cartero siempre llama dos veces” – versión de 1989 con Jack Nicholson y Jessica Lange – famosa por el homenaje erótico festivo que se pegan en la mesa de la cocina. En resumidas cuentas: Nicholson es un raterillo de tres al cuarto, un viva la vida que se encoña con la mujer del dueño de un restaurante de carretera, se lían y se cargan al marido y luego ella se da cuenta de que no le merecía la pena porque el marío sería un pesado pero no le ponía los cuernos con la primera domadora de leones que pasaba por el restaurante como hizo Jack Nicholson.

La película es mala de cojones y larga. Y cuando digo larga digo que es innecesaria y dolorosamente larga - más que un día sin chocolate o Pepsi. Es también pastosa, farragosa y absurda. En cuanto al valor erótico… ¡Madre mía que polvo más mal echao! Que haya gente que tenga la película como referente erótico me da pena, la verdad. Ni eso es un buen polvo ni la entrepierna y bragas son na'del otro mundo. La pobre Jessica Lange parece que tiene la selva negra en la entrepierna – no veas el pelamen que se le adivina en los laterales de las bragas. Amén de que ¿dónde está el cartero? ¿es el título una metáfora que yo no cogí? No puedo echarle la culpa a los traductores porque en inglés la película también se titula así. Anda que… qué pena de educación en las teresianas y de paso por las mejores universidades españolas y estadounidenses. Qué 32 marranos podían haber criado en mi casa.

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