Ganado

Para la inmensa mayoría de hombres, las mujeres somos ganado. No hace falta que nos vayamos a la India, Afganistán, Irán o ningún otro país tercermundista. Basta con que salgamos a la calle y aguantemos desde al pesado de turno desnudándonos con la mirada o tener la desgracia de dar con un médico que se crea en su derecho de hacer contigo lo que le dé la gana sobre todo si estás anestesiada.

En apenas una semana me han llegado dos noticias que me han puesto los pelos de punta:

- En Inglaterra, Australia y Nueva Zelanda es práctica común que estudiantes de Medicina hagan examenes pélvicos en pacientes anestesiadas SIN su consentimiento. En Inglaterra los primeros casos salieron a la luz a principios de década, la práctica es ilegal desde el 2003 y aún así sigue haciéndose: es relativamente normal que l@s estudiantes de ginecología y los estudiantes que están haciendo rotación entre diferentes departamentos esperen a que una paciente sea anestesiada para pasar a inspeccionarle los bajos. Los casos australianos han salido a la luz porque hay mujeres que estudian Medicina que se niegan a hacer este tipo de “exámenes”. Entrecomillo porque para mí estos examenes no dejan de ser violaciones. Utilicen un pene, un dedo, una mano, un espéculo o cualquier otro objeto, en el momento en el que entran en tu vagina sin tu consentimiento, eso es una violación en toda regla. Punto.

- En California un ginecólogo está siendo investigado por marcar al menos el útero de una paciente con un cauterizador. A la mujer le extirparon el útero por la razón que fuese y, en lugar de mandarlo a Patología dentro de una bandeja o un cacharrillo con su etiqueta correspondiente, el ginecólogo se lo quedó para su uso personal. La paciente y el marido le pidieron fotos de la operación (porque a ella le quemaron en un muslo con el cauterizador), el ginecólogo se hizo el loco, dijo que él no sabia cómo mandarles las fotos digitales, ellos se quedaron con la mosca detrás de la oreja y cuando por fin consiguieron una copia de las fotos (que el marido tuvo que mandarse a sí mismo o guardar en un flash drive desde el portátil del ginecólogo) se quedaron flipados al ver que el tío había grabado el nombre de la paciente en el útero con un cauterizador. Encima el tío está dando entrevistas diciendo que no pasa nada, que la paciente y él eran buenos amigos que no sólo no es verdad sino que además no justifica que se saltase todos los protocolos médicos habidos y por haber sobre almacenaje, exanimación y destrucción de deshechos biológicos. Pa’mearse y no echar gota que diríamos en mi tierra.

¿Qué podemos hacer las mujeres? Primero y principal buscarnos una ginecóloga, una médico de familia y en la medida de lo posible cirujanas. Si hasta ahora lo de asegurarte de que tu médico fuese mujer podía parecerle a muchas una parida feminista que algunas hacemos como expresión político-económica (financiar con nuestro dinero a personas afines a nuestra causa y no dar un duro más al heteropatriarcado), ahora no pueden negar la necesidad de tomar esta medida extra de protección.

Si en nuestra zona no hay médicos de cabecera ni especialistas que sean mujeres, siempre podemos:

(a) informarnos bien de quien nos opera, en qué consiste la operación y qué esperar antes de entrar en quirófano.

(b) buscar médicos que graben sus operaciones y den copias a sus pacientes {estamos en pleno año 2010, las consultas no pueden parecer antros de películas de serie B de los años 70, no hay excusas que valgan}

(c) preguntar si podemos tener a un familiar dentro del quirófano y hasta exigirlo si hace falta recordándole al cirujano/medico/relaciones publicas del hospital que sea que cuando se opera al familiar de un/a médico u enfermer@ es normal que dejen pasar al familiar que trabaje en ese hospital

(d) denunciar. Esto ya es más complicado. Primero y principal, las mujeres llevamos en el ADN lo de ser buenas chicas. Muchas veces sabes perfectamente que se están quedando contigo o que quieren hacerte algo que no es normal pero no estamos preparadas para montar un escándalo. Luego está el tema de no saber dónde ir, no tener dinero para liarla, ser tu palabra contra la de un “respetable” médico... Por no hablar de si no estás en tu país, tu situación migratoria es irregular, etc.

¿Qué todo es válido en el nombre de la ciencia? ¡Y una mierda! En los casos de las violaciones/examenes pélvicos en Inglaterra, un médico dijo que la comunidad científica asume que una mujer va a ser más reacia a dar su consentimiento si le piden permiso y por eso los hacen sin su consentimiento. De traca. Si quieren utilizarnos de conejillo de indias, deberían primer pedir permiso y después compensar económicamente a la paciente que sea. Si los hospitales fuesen responsables económicamente, si se les hiciese pagar una compensación económica a las pacientes, verás qué rápido acababan con estas violaciones disfrazadas de prácticas médicas.

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