Niños llorones no, gracias

En algunos cines de Nueva York llevan años con sesiones especiales para madres y padres que van al cine con sus hijos menores de 2 años: suele ser una sesión matinal, solo le cobran entrada al adulto y las chucherías están a mitad de precio; se trata de que los niños no molestan a otros espectadores. Ahora un restaurante de North Carolina ha puesto un cartel diciendo que no quieren niños llorones/gritones y se reservan el derecho de echar a la familia a la calle. Ambas medidas me parecen estupendas porque odio estar en un restaurante o cine y que me den la comida/película porque en la mesa o fila de al lado tenga a algún crio llorando y a los padres consintiéndoselo.

En mis tiempos si un niño hablaba más alto de lo recomendable o lloraba en el cine, el padre o la madre le decían que se callase o lo sacaban de la sala. Aquí se les deja llorar todo el tiempo que quieran tenga la edad que tengan. Hay padres y madres que se escudan con que no se puede controlar a una criatura. Por supuesto que no puedes predecir un berrinche pero tu responsabilidad como padre o madre es educar a tu hijo. Para algo están los chupetes y para algo están los castigos.

Habrá quien piense que tiene narices que un restaurante le diga lo que deben hacer con sus hijos. No. Lo que tiene huevos es que un restaurante o un cine tengan que enseñar a l@s padres a educar a sus monstruitos porque si no les dicen nada no caen en el detalle de sacarlos del cine/restaurante para que no den por culo al resto del personal.