Pa’no echar gota

Abajo cuelgo una carta al director publicada en el Diario Córdoba que es pa'mearse y no echar gota. Para ese lector, la violencia doméstica y la violencia contra la mujer se puede explicar fácilmente: no es que los hombres sean unos cabronazos que cosifiquen a sus parejas o a las mujeres en general. No. Los maltratadores, violadores y asesinos están poseídos por el espíritu de personas materialistas ya fallecidas que los obligan a maltratar, violar y asesinar a mujeres. ¿Cómo se te queda el cuerpo?

Pedazo criterio de selección que tienen a la hora de publicar las cartas recibidas en el Diario Córdoba. Sería noticia - y por lo tanto publicable - que un asesino o violador soltase en el juicio que estaba poseído como ahora en EEUU han soltado alegremente los abogados de un hombre de Kentucky (no que estuviese poseído sino que mató a su mujer porque estaba hasta arriba de Red Bull, otras bebidas energéticas y pastillas para adelgazar), pero ¿publicar esto? ¿cuándo no hace ni una semana han asesinado a una mujer en Córdoba? ¿a cuento de qué? ¿dónde tienen la cabeza l@s editores de este periódico? ¿dónde la sensibilidad? Lo primero que lees en su sección de Cartas al Director es que publican “opiniones de sus lectores, réplicas y sugerencias de interés general que sean respetuosas hacia las personas e instituciones”. A simple vista este lector no está faltándole el respeto a nadie, pero que le pregunten a la familia de una mujer asesinada por su pareja o a una violada la gracia que les hace que un periódico serio de voz a este neandertal.

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"Entidades bajas" por Arturo del Pino Valencia
Fuente: Diario Córdoba (edición digital)

En Parapsicología, se le llaman así a los espíritus de las personas que en vida se aferraron, se asieron totalmente a las cómodas cuestiones materiales y obviaron por completo todo el ámbito espiritual. Siguen en nuestra dimensión y conviviendo entre los seres vivos, porque no quieren dejar su casa y, en general, todos sus bienes. Estos espíritus pueden ser de personas que fueron inofensivas e indiferentes o de otras personas perversas, maléficas y que en vida realizaron todo el mal que pudieron. Los primeros son pacíficos y no causan daño, los segundos son malignos y dañinos en grado "súmmum". Un conocido me cuenta que desde que murió la abuela, --que vivía con ellos-- vienen observando fenómenos extraños, como la butaca que se mece sola, en la habitación que ella ocupaba reina un frío intenso, el perro y el gato no quieren entrar en ella, movimientos de platos en la cocina que está sola, cambios de objetos de lugar... y otros muchos que por la brevedad no puedo citar. Este ejemplo pertenece al primer grupo. Los del segundo, observan constantemente a los vivos, para aprovecharse de los pecadores reiterativos e inclinados por completo al mal, y toman posesiones de sus cuerpos para inducirlos a la realización de las máximas perversidades. Por eso están sucediendo tantísimas monstruosidades: asesinatos --abundando los de género--, violaciones, desapariciones misteriosas, secuestros..., que están sembrando --en miles y miles de familias enlutadas-- la desolación, la desesperación, la cadena perpetua de la eterna angustia..., mientras, presuntamente, la justicia brilla por su ausencia.