Jóvenes y Analfabetas

En los últimos 10 o 15 días me he encontrado con varios casos de analfabetas funcionales i.e. mujeres que saben leer y escribir pero no les luce. Desde mujeres que piensan que la re-estructuración (no nos engañemos que vamos camino de la supresión total) del Ministerio de Igualdad no va con ellas (ni lo de Igualdad ni las condenas irrisorias por violación ni las machadas cavernícolas de Alfonso Guerra o el alcalde de Fachadolid ni las protestas en Sevilla por el IX Congreso de la Federación Internacional de Profesionales del Aborto y la Contracepción …) a mujeres de mi edad que tienen varias carreras acabadas pero no son capaces de escribir dos párrafos sin errores ortográficos, gramaticales y de puntuación. Por no hablar de las analfabetas tecnológicas que tienen perfiles en tuenti, Facebook y hasta twitter y luego no aprovechan sus conocimientos para crear una imagen corporativa de sus empresas o de sí mismas si trabajan como freelancers. No hay una separación entre lo personal y lo profesional, o mejor dicho entre lo privado y lo profesional. ¿Tú dime a mi qué empresa va a querer comprarle algo a una diseñadora que se dedique a compartir en twitter o Facebook que no puede salir de la cama? Todas tenemos malas rachas pero no se cuentan alegremente en tu perfil o página de Facebook donde intentes vender pulseras, paneles de cristal artesanal o cualquier otra cosa. Y encima escribiéndolo con un nivel que no llega ni a niñas de parvulario.

¿Qué está pasando en España? ¿Cómo podemos tener dos carreras y tres másteres y escribir tan mal? ¿Es que la gente no lee? Por supuesto que lo personal es político y no tenemos que escondernos si somos LGBTs, si tenemos hij@s, si somos amas de casa… pero hay cosas que traspasan lo personal y son más del ámbito privado. Por ejemplo, si tienes una depresión de caballo contar a los cuatro vientos que no estás buscando ayuda (que al fin y al cabo una depre no es nada de lo que avergonzarse) y que te pasas el día arrastrándote por los rincones no creo que te ayude ni a salir de la depresión ni a ganar nuevos clientes. Amén de que en España nos gusta poner la pierna encima con lo que no sólo alejas a posibles compradores sino que encima tu competencia se frota las manos cada vez que lea en Facebook o twitter que estás llorando por los rincones. ¿Es que no tenemos dos dedos de frente?

A veces me quedo pensando: "o yo soy super inteligente (¡que no lo soy!) o las nuevas generaciones son cada día más tontas". Pero es que no son sólo las nuevas generaciones. No estoy hablando de adolescentes que de mayor quieran ser "chonis" ni chavalas de veintitantos años sino de mujeres de mi edad (32) que no leen ni se interesan por lo que pasa a su alrededor, que no saben escribir, que no tienen ni pajolera idea de marketing ni sobre cómo usar las nuevas tecnologías para ampliar su cartera de clientes y ganar más dinero.

Estoy cabreadísima. No hace falta gastarse una pasta en la Casa del Libro o en El Corte Inglés para leer veinte mil libros. No hacen falta dos carreras ni cursillos carísimos ni cinco horas diarias para aprender a usar internet. Hay bibliotecas y hay grupos/asociaciones de mujeres que ofrecen cursos gratuitos a menudo hasta no presenciales (es decir, online). Y también puede buscarse una la vida en Google y encontrar un millón de cursos y manuales de descarga gratuita. Es que, de verdad, las pocas cosas que tenemos gratis en esta vida (bibliotecas, cursillos, internet) no las aprovechamos. Así nos va.

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