Tránsito Amaguaña: "Yo me envejecido en esta lucha, y ahora lo menos he de morir comunista."
* * * Fuente: http://www.marxists.org/espanol/amaguana/1977/001.htm
* * Redactado:
Entrevista realizada por Mercedes Prieto en noviembre de 1977. Primera edicion:
Prieto, Mercedes (1978) Condicionamientos de la movilización campesina: el caso
de las haciendas Olmedo/Ecuador (1926-1948). Quito: Pontificia Universidad
Catolica del Ecuador (PUCE), Tesis para optar al Título de Licenciatura en
Antropología. Esta Edición: Marxists Internet Archive, 1 de marzo de 2010. Fuente
de la edicion: Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) -
Ecuador, Fondo Documental/Narrativas de Mujeres Indigenas. Derechos sobre el
texto: Licencia Creative Commons R-NC-ND 3.0/ec, Facultad Latinoamericana de
Ciencias Sociales (FLACSO).
Rosa
Elena Tránsito Amaguaña Alba fue una líder indigena ecuatoriana, nacida el 10
de septiembre de 1909, en la localidad de Pesillo, provincia de Pichincha,
junto al volcán Cayambe.
Nacida
de padres jornaleros en una hacienda latifundista, que laboraban una pequeña
parcela o huasipungo, comenzó a trabajar a los 7 años. Se casó con 14 años y tuvo su primer hijo un
año más tarde. Separada de su marido,
maltratador y alcohólico, comenzó a realizar activismo comunitario, primero a
través de organizaciones relacionadas con el Partido Socialista y, después, en
marchas indígenas, como las "marchas a Quito" de 1930, reclamando
tierras y derechos laborales. Su participación en la huelga agrícola de 1931,
en la localidad de Olmedo, le costó la destrucción de su vivienda y 15 años de
clandestinidad. Aunque asistió durante
un breve período a l a escuela local cuando niña, sólo pudo aprender a leer y
escribir de adulta gracias a la enseñanza que recibió en viajes a Cuba.
Vinculada
al Partido Comunista del Ecuador, lucho por implantar un sistema cooperativista
en el campo. En 1946 fundó la Federación
Ecuatoriana de Indios, junto a otros líderes campesinos, y en los años 1950
impulsó la fundación de escuelas bilingües, en español y quechua. Más adelante también promovió los derechos de
la mujer por medio de la Alianza Femenina Ecuatoriana. En 1962 viajó por primera vez a Cuba y a la
Unión Soviética en representación del PCE y de los indígenas ecuatorianos al
Congreso del Partido Comunista de la URSS.
A su regreso al Ecuador, y a raiz de su viaje, fue acusada de tráfico de
armas, y permaneció cuatro meses en la cárcel.
Cuando salió, sin cargos, tuvo que afrontar el fallecimiento de sus
padres y de varios de sus hijos. Sin
embargo, persistió en su actividad politica a favor de los campesinos indígenas
ecuatorianos, quienes la llamaban Mama Tránsito.
En
1988, el Gobierno le concedió una pensión, con la que se retiró a Pesillo a
sembrar sus tierras, en donde falleció en la madrugada del 10 de mayo de 2009,
a pocos meses de cumplir los 100 años.
En ese tiempo de patrones no habia ninguna justicia
...
Esa
vida, vida tan amarga, vida... tan triste. A gusto de ellos bailaban sobre
nosotros. Con todo perro venían, con escopetas, con palos, con aziales. Iban
matando mismo, regando la sangre iban. No es que así como ahora...
Trabajaban
hasta sábado y no tenían raya1. Peleando las gentes parte, parte: salieron
parte de los hacendados. Pagaban solamente real y medio, de real y medio se fue
a tres reales; de tres reales se fue a seis reales; de seis reales se fue a un
peso, de peso a uno veinte. Yo ya trabajaba a tres reales en las máquinas,
trillando trigo, cebada, de lunes a sábado...
De edad
de siete años ca, la guambra ya es grandecita para barrer cuarto, para lavar
platos, para ya nomás traer hierba, para ya nomás atajar puercos, eso ya para
tirar almuerzo para mayordomo, para ayudantes...
De
nueve años me llevaron a la escuela... yo me acuerdo. En año nuevo me llevaron.
Elé! Y la señorita decía que dé buenos días. El escribiente decía: longa
pendeja, longa verduga, por qué dais buenos días; bendito alabado amo tienes
que dar. Y me iba a quejar a mi mamá y me iba a quejar a la profesora. Y así
seguimos luchando, luchando en la escuela también. Di examen en la escuela y
sigue ese camino de servicia, dos a tres meses. Con todo, todos los trastos de
la mujer ca, pero limpio para servir a ellos. Pueda o no pueda [...] En ese
tiempo no había ninguna justicia, No había ninguna cosa. A gusto de ellos
maltrataban, a gusto de ellos pisoteaban a nosotros.
A mí me
hicieron casar a los catorce años, mi mamá diciendo: que ha de venir compañía,
que esta ha de parir como otras, ha de parir de los patrones... Sí, los
patrones abusaban, no reparaban que era india, negra, doña, nada. Para no estar
andando con guagua así me hicieron casar pronto, pronto. Catorce años nomás me
hicieron casar con hombre de veinticinco. Yo, yo cuatro hijos varones nomás
tuve, todos con marido propio. Yo no tengo ni de lagartijas, ni de nubes, ni de
viento, ni de nadie.
Siguiendo
juntas en esta lucha con mi mamá, marido tan fui botando. Yo le boté, él me
celaba, me celaba con los compañeros. [...]
Mi
mamá, mi papá eran huasipungueros y... habían sido mi papá y mi mamá
cabecillas, este, dirigentes. [...] Y mi papá y mi mamá siguieron actuando las
cosas... Sigue, sigue a Quito porque habían sentido que hay esa ley, ley de
defensa de los campesinos, de los indios trabajadores. Entonces ese tiempo ca,
caminábamos a pie... [...]
Por
Fuerzas Armadas fue expulsada de Chimba, San Pablo Urco, Moyurco, Pesillo.
Total sacaron 46 casas, desbarataron, quemaron, abrieron con misma gente, con
mismos apegados pesillanos. Cuando abrió la casa de mi mamá, de mi papá a mi
hermano el José que ahora es profesor y a mi hermano Venancio, a ellos
cogieron. Mismo campesinos vecinos hicieron coger cuando vinieron de Quito. En
Quito ya estaban ya, haciéndose bulla para que abran las casas. Y vinieron mis
hermanos de noche, pero a las 3 de la mañana ya estaban cogiendo preso a mis
hermanos. Cerraron en la hacienda. Recogieron a la gente; unieron animales de
Chimba, de todos lados; sea borrego, sea puerco, sea ganado, sea caballares.
Pero limpio unieron. Entonces ahí había dicho estos soldados a mi mamita:
pierdes la vida de tu hijo o pierdes la casa. Entonces había contestado mi
mamita: pierdo la casa, que se carguen, que se coman, qué diablos que hagan!,
menos mis hijos que no pasen nada. Helé! A mis hermanos habían hecho agarrar
hacha, machete, azadón, barra para tumbar los pilares. Los soldados diciendo:
Te sientes?, sientes de tu casa?, lloras de tu casa? Pone hacha bandido, pone
hacha, barra... Tumbaron semejante casa. [...] Mi mamá no hizo caso. Ahí mismo
paraba chozón. Ahí mismo con esos palos. Ya dentro de un mes ya vinieron los
soldados, 50 soldados, recogiendo trastes en mulada de ellos y fueron a botar
en Cayambe. De eso quedamos en Cayambe 15 años. Nosotros no teníamos nada
entrada por aquí...
Había
un tal Teodoro Novoa, en Cayambe; él era quien enganchaba a la gente: sí hay
ley para ustedes. Sí hay justicia para ustedes. Vengan, vamos. [...] Así reun
ían de noche en las casas: estamos bien, estamos bien. Sí ha habido ley. Un tal
Albamocha que era bien valeroso el viejo ... Y él dizque cogió un sombrero de
pastuzo así... y con zapatos de pastuzo y él sentado; él sentado oyendo, pidiendo
caridad. Ahí es que venía oyendo todas las cosas, a regar aquí las palabras a
las familias, a los vecinos, a los hijos, así... Así estando mismo ya yo me
acuerdo que dentró señores.2 Señores dentraron escondido, que no llegue a saber
nadies nada. [...] Y resultaron cuatro jóvenes: uno había sido hijo de Dr. Luis
F. Chávez. El chiquito, alhajito, bonito... organizando [...] Venían a trabajar
con nosotros. Después vino ya, en ese sentir mismo el Dr. Ricardo Paredes con
el difunto Taita Jesús Gualavisí de Llano. [...] Hemos lidiado, hemos luchado,
hemos dado la mano, hemos dado la fuerza, hasta ahora, hasta aquí...
Ese
tiempo ca, toda cosa era cosa escondida, cosa secreta. Dios mío: llorar,
llorábamos; por qué meteríamos en esta ley?... Hacían llorar los enemigos,
hacían llorar los patrones, el teniente político, el cura... A mi me ha pegado
el cura ca, en hacienda de Pesillo. Yo también me fui a la misa. Entonces,
púchica, cómo me habló; cómo me pegó. En cada hablada me pegaba. Diciendo que
soy comunista, negada de la fe de Dios. Si te mueres, también botar -dijo- por
quebrada, no enterrar por panteón... Y venimos, estuvimos en la banda bailando
aquí donde el difunto compañero Reimundo Nepas, cuando llega la noticia: la
iglesia ya se acabó quemando porque ha estado neciando el cura con la india. La
india ha de haber pedido a Dios, ha de haber llorado. Se había quemado limpio.
La madre... digamos la Virgen de Mercedes, negrando nomás... no había quemado
[...]
Yo
vivía en Yanawaico 15 años. Así mismo lidiando, luchando, dentrando al
Ministerio de Gobierno. Entonces ya dio la orden que vengan, que dentren ya.
Hasta eso ya murió mi hermana. Para venir a ver no había cómo. Cuando se murió
vinimos con la Policía. Yo me vine a vivir en pueblo, otros 12 años, pero no he
dejado la lucha. [...]
De las
primicias hemos parado durísimo por no dar al cura nada. Venían las comoradoras
y nada... Ya pasó. Las servicias sacamos, acabando el Congreso de la Federación
Ecuatoriana de Indios. Vinimos todos los congresistas y sacamos en Moyurco,
sacamos en San Pablo Urco, sacamos aquí en Chimba... en Pesillo último. Sacamos
a las servicias y a las hausicamas, Ahí ya salieron rogando: sólo para el
patrón que se quede huasicama, no para empleados....
Así
estando luchando, luchando mismo ya vino ya la lucha de reforma agraria. Yo no
comprendía qué es la reforma agraria. De tanto preguntar, de tanto oír entendí
qué quiere decir... Allí ya me avisaron.
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