El aborto en Colombia

© Mónica Roa, Cecilia Orozco, El Espectador
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ESTAMOS BASTANTE LEJOS DE QUE SE PRESENTE "UN ABUSO”

- Mónica Roa, la abogada que logró que la Corte Constitucional sentenciara a favor de la práctica del aborto en casos médicos específicos, responde a la contrapropuesta del partido Conservador de eliminar esa orden.
- Roa afirma que ni médicos ni jueces tienen voluntad de cumplir el fallo de la Corte.


Afirma que ni médicos ni jueces tienen voluntad de cumplir el fallo; y que con el actual Procurador se pasó de los obstáculos, a las amenazas de desaparecer ese derecho.

Cecilia Orozco Tascón.- El senador José Darío Salazar, nuevo presidente del partido Conservador llegó con el proyecto de “acabar con el aborto en Colombia”.¿Qué opina?

Mónica Roa.- Para poder “acabar” seriamente con el aborto en Colombia, habría que implementar una política pública que incluya excelente educación sexual, acceso masivo a anticonceptivos y reducción drástica de la violencia sexual. Eso se traduciría en que el aborto se diera solo en circunstancias extremas. Pretender “acabar con el aborto”, simplemente con la prohibición, es iluso. En este caso, la realidad supera a la norma.

C.O.T.- Lo que el senador Salazar propone será absurdo pero puede tener acogida.

M.R.- Conozco ese tipo de iniciativas en otras países de América Latina. No es nada novedosa. Se utiliza como un instrumento para cerrarle el paso al acceso a derechos como el del aborto, pero también a la anticoncepción de emergencia, la prestación de los servicios de tecnología reproductiva etc. Lo que hay que tener claro es que esta propuesta es un ataque frontal al aborto y simultáneamente, una forma de restringir otros derechos.

C.O.T.- Salazar también argumenta que como “la sociedad colombiana es católica y cristiana… vamos a reformar la Constitución”¿Tendrá razón?

M.R.- Parte de la sociedad puede ser católica y cristiana pero habría que consultar la opinión de quienes no lo son para saber si se sienten incluidos en esa descripción. Estamos en un Estado laico en donde se garantiza, no solo la libertad de religiones y de conciencia sino también el derecho a la integridad, la salud, la vida y la dignidad de todos. Siempre hemos dicho que el catolicismo o cualquier otra religión tienen derecho a estar en desacuerdo con nosotros. Pero éste es un debate que damos desde la esquina del derecho constitucional en un Estado laico.

C.O.T.- Otra justificación del senador es que en Colombia “se está abusando de la práctica del aborto” ¿Esa afirmación es cierta?

M.R.- Todo lo contrario. Hace falta muchísimo para que se cumpla la sentencia en las proporciones en que las mujeres colombianas la necesitan. Las últimas cifras que conocí, indican que hubo cerca de 650 abortos legales en 4 años que hace que está vigente la sentencia de la Corte; y que, en cambio, se presentan alrededor de un total de 350.000 abortos anualmente. Los números le responden mejor al senador que yo. Estamos bastante lejos de que se presente “un abuso”.

C.O.T.- Tal vez el congresista se refiere a que algunas mujeres se declaran violadas, sin serlo, para que les practiquen el aborto.

M.R.- Se asegura que reportan falsas denuncias de violación para poder acceder al servicio pero tal afirmación tampoco consulta la realidad. La circunstancia en la que más se usa el derecho de aborto es la de malformaciones incompatibles con la vida. La segunda, es el peligro que corre la salud de la mujer o el feto. Y la última, es la de la violación. Contrario a lo que dice el congresista, hay muchísimas mujeres que a pesar de haber sido violadas, se atemorizan, porque las violaron actores armados o porque el violador es un miembro de su familia. Como el Estado no les puede proteger la vida y la integridad, prefieren quedarse calladas y abortar clandestinamente.

C.O.T.- En la práctica, cuando una madre sabe que el feto tiene malformaciones que no le permitirán vivir una vez nazca ¿Se le facilita el aborto?

M.R.- Para nada. La práctica nos demuestra que hay un grandísimo desconocimiento de la sentencia de la Corte. Cuando una mujer se ve enfrentada a abortar, no es fácil que tome la decisión de interrumpir el embarazo porque es traumática. Y después de que lo ha decidido, se encuentra con maltrato, discriminación, demora y petición excesiva de requisitos. Además, la presionan e intentan disuadirla. Al punto que, como le decía, muchas prefieren seguir acudiendo a la vía clandestina a pesar del riesgo para su vida.

C.O.T.- El maltrato y las trabas burocráticas ¿Provienen del personal administrativo de los hospitales o de los propios médicos?

M.R.- Se ve un poco de todo. Por ejemplo, la práctica de la objeción de conciencia institucional se ha usado bastante, a tal punto que la Corte tuvo que pronunciarse al resolver un par de tutelas, afirmando que la objeción de conciencia es un derecho individual. También hay algunos médicos que no acuden a la objeción de conciencia pero que intentan culpar y juzgar a la mujer a la que están atendiendo, aprovechándose del poder que les da ser profesionales de la medicina. Tratan de asustarlas dándoles información inexacta.

C.O.T.- Eso me sorprende. Déme ejemplos.

M.R.- Les dicen que se van a desangrar, que quedarán infértiles o si son muy jóvenes, que tienen riesgo de morir. La buena noticia es que la Corte ha sido muy sensible al tema y ha dado unos lineamientos muy claros sobre cómo se debe conciliar el derecho a la objeción individual de conciencia del prestador de servicio de salud, sin que se violen los derechos de las mujeres.

C.O.T.- Al parecer Colombia vive un periodo de contrarreforma con respecto a la Constitución del 91. No parece casual que en este contexto, surja la propuesta de acabar con el aborto terapéutico.

M.R.- El tema del aborto tuvo una dinámica muy interesante en los últimos años. Se venía trabajando la posibilidad de legalizarlo desde hace treinta años. Y fue bajo el gobierno de Uribe, en su primer mandato, que se hizo viable por intervención de la Corte. El legislativo no tuvo voluntad política para responder a las necesidades de una parte importante de la población. Fíjese que la lucha por los derechos de las parejas del mismo sexo tuvo, también llegó a la Corte. Significa que en el Congreso no se encuentran las respuestas que la sociedad requiere.

C.O.T.- ¿Cree que la propuesta del partido Conservador tendrá acompañamiento político de otras fuerzas en Colombia?

M.R.- Las reacciones que he escuchado hasta el momento han sido contrarias a la propuesta. Me han sorprendido algunas personas que nunca había oído hablar del aborto. Al parecer se sienten cómodas afirmando que no se puede retroceder frente a la despenalización, incluyendo a conservadores y católicos tan caracterizados como José Félix Lafaurie, que me impresionó cuando lo escuché.

C.O.T.- En conexión con el tema del aborto terapéutico, la Corte también ordenó la cátedra de educación sexual en los colegios. Pero al igual que con la primera sentencia, esta decisión del tribunal generó toda clase de reacciones adversas.

M.R.- Es cierto. Hay que dejar claro que las personas que promovemos la despenalización del aborto no deseamos que todas las mujeres aborten. De hecho, un mundo ideal sería uno donde las mujeres no tuvieran que abortar. Esto es utópico. Pero la manera de acercarnos a esa utopía es la educación sexual de calidad. Es decir, que los niños conozcan desde una edad muy temprana, las responsabilidades que implica empezar a ejercer la sexualidad. Entre otras cosas, este es un camino preventivo de los abusos a menores de edad.

C.O.T.- Los padres de familia y educadores que se oponen a la cátedra tienen temor de que se termine incentivando la práctica de relaciones sexuales a edad muy temprana.

M.R.- Es al revés. Esta cátedra le enseña al niño a reaccionar con madurez, por ejemplo, frente a un adulto que intente acercársele de forma inapropiada.

C.O.T.- La cátedra sobre educación sexual fue objetada también por la Iglesia Católica, con el acompañamiento de la Procuraduría ¿Cuánta influencia han tenido estas dos expresiones de poder en el cumplimiento de la sentencia de la Corte?

M.R.- Mucho. Primero le hice seguimiento a la solicitud de nulidad que interpusieron ante la Corte y que fue negada por ella. En cuanto a la implementación de la orden, claramente se ha quedado entre el tintero. Todavía patinamos en la discusión de si el aborto es o no legal y de si la cátedra es sana o no. De nada sirven unas sentencias que se convirtieron en referencia obligada para muchas partes del mundo, si se quedan solo en el papel.

C.O.T.- Entonces, lo que ordena la Corte Constitucional es un saludo a la bandera.

M.R.- Peor que eso. Los grupos que se oponen a las órdenes de la Corte que no les gustan, tratan de revertir las decisiones haciendo uso de todo su poder. Está el Procurador acompañado por el partido Conservador. Y la Iglesia. Pero además, hay indiferencia general.

C.O.T.- Menciona usted a la Procuraduría ¿Qué ha significado la llegada a esa entidad de una persona ultraconservadora como Alejandro Ordóñez, en materia de derechos de la mujer y de derechos de orientación sexual?

M.R.- He dicho en varios escenarios que la implementación de las sentencias de la Corte venía teniendo obstáculos, aunque era de esperarse ante un cambio tan sustancial como la despenalización del aborto. Pero que con la llegada del actual Procurador, los obstáculos dejaron de tener esa categoría y se convirtieron en amenazas. El Procurador, cuya religión es completamente irrelevante para la crítica que le hacemos, podría ser ateo y nada cambiaría, si continuara usando inadecuadamente el poder que le da su cargo. Él lo está utilizando para inducir a error a la ciudadanía y para generar temor en los funcionarios públicos que quieren darle cumplimiento a la sentencia, a los cuales él puede investigar y sancionar disciplinariamente. Eso es absolutamente cuestionable.

C.O.T.- ¿Afirma que el Procurador usa su poder disciplinario para intimidar a quienes quieren cumplir las sentencias de la Corte?

M.R.- Eso fue lo que pasó con la Clínica de la Mujer de Medellín. La procuradora delegada Hilva Myriam Hoyos fue a visitar al alcalde y creó un grupo para hacerle una observación especial a la clínica, de tal forma que asustó al alcalde. Éste cedió y la clínica no va a prestar los servicios que constitucionalmente está obligada a prestar.

C.O.T.- Usted objeta a la procuradora delegada para la Familia ¿Por qué?

M.R.- Hoyos fue la persona que lideró la oposición a la demanda que presenté a la Corte Constitucional a favor del aborto, posición que, como ciudadana, estaba en todo su derecho de tomar, antes de ser procuradora. Fue muy activa jurídica y socialmente en contra de la despenalización del aborto. Después de que la sentencia fue emitida por la Corte, Hoyos dijo públicamente que se comprometía a hacer todo lo que fuera necesario para que se revirtiera la sentencia. Acto seguido, Ordóñez la nombra en el cargo donde debe asegurarse el cumplimiento de la sentencia ¿Le parece equilibrado?

C.O.T.- ¿No le da el beneficio de la duda?

M.R.- No, porque ni siquiera por la investidura de su cargo se alejó del grupo con que estaba trabajando el tema anti-aborto. Es claro que sus actividades como ciudadana eran legítimas. Como procuradora ya no lo son porque en vez de ser juez, es parte.

C.O.T.- ¿Por qué no demanda su conducta o su nombramiento?

M.R.- El problema es que habiendo una clarísima violación al código disciplinario por parte de ella, la procuradora solo responde por su conducta ante el Procurador, su jefe. Por tanto, cualquier cosa que hagamos, es inútil.Pusimos en la Corte Suprema una queja contra el Procurador pero no ha avanzado.

C.O.T.- ¿Por cuáles hechos?

M.R.- Lo denunciamos disciplinariamente por abusar de los poderes de su cargo para atacar derechos, cuyo cumplimiento él debería garantizar; y por haber nombrado a Hilva Myriam Hoyos en esa delegada de la Procuraduría, sabiendo de antemano que había conflicto de intereses.

C.O.T.- Evidentemente, el Procurador tiene mucho poder en Colombia ¿Cómo se enfrentarán a él?

M.R.- Pues la verdad es que nos sentimos en total desprotección porque, como sociedad civil, no podemos competir con el poder del Procurador ni tenemos dónde denunciarlo de manera efectiva. Y como no hay compromiso político de los gobiernos, tampoco contamos con margen de acción. Estamos tratando de mantener la sentencia viva y los derechos adquiridos vigentes, al menos en el papel. Pero, sin duda, una es la amenaza de que se queden en el papel y otra, la de que desaparezcan del todo.

DESACATO A LA ORDEN DE LA CORTE

Cecilia Orozco.- Mencione casos de médicos o clínicas sancionados por no cumplir con la orden de la Corte Constitucional, en el sentido de practicarle el aborto a las mujeres violadas.

Mónica Roa.- 1. Un médico de Manizales fue sancionado por la Corte, y también por el Tribunal de ética medica con suspensión temporal, por negarse a cumplir la orden constitucional 2. La EPS Coomeva de Cúcuta no le garantizó la interrupción del embarazo a una menor de once años de edad que había sido violada. Y tampoco la trataron del contagio de gonorrea que sufrió. Esta niña intentó suicidarse tres veces en esa etapa de su vida 3. Al Hospital San Ignacio le pusieron una multa por argüir objeción de conciencia institucional, que no existe 4. Hay otro tipo de trabas que no es ni de los médicos ni de las instituciones sino de los jueces: dos de ellos argumentaron objeción de conciencia “judicial” para no atender denuncias relacionados con el aborto. N siquiera se resuelven las tutelas de estos casos. La Corte dijo que esos jueces deben ser investigados disciplinariamente.


EL COSTO DE DEFENDER EL DERECHO DE ABORTO TERAPÉUTICO

C.O.- ¿Usted es católica?

M.R.- Fui criada como católica y por eso fui bautizada. Sin embargo, la Iglesia anunció que me excomulgarían. Ya no practico la religión.

C.O.- ¿Le preocupa la excomunión?

M.R.- Si ése es el costo de defender los derechos de las mujeres, bienvenida sea. Sin embargo, para muchas mujeres esa amenaza sí es un costo muy alto porque se sienten culpables de abortar en contravía de sus creencias.

C.O.- ¿Por qué se alejo de la Iglesia? ¿Consecuencia de su posición?

M.R.- No soy yo sino la Iglesia Católica la que se ha alejado de las necesidades de la población. Hay una gran contradicción entre lo que predica y la poca solidaridad y atención que le presta a los requerimientos de sus fieles.

C.O.- Recuerde, por favor, los casos en que la Corte dijo que era permitido el aborto.

M.R.- Se permite el aborto en tres casos: violación sexual; peligro para la vida o la salud física o mental de la mujer; y un diagnóstico médico de malformación que hagan inviable la vida por fuera del útero.

© Mónica Roa, Cecilia Orozco, El Espectador
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