Lo que me quedaba por ver

Abajo cuelgo un vídeo de la cantante Hatsune Miku, último grito en Japón donde las entradas de sus conciertos se venden como rosquillas. Hatsune tiene 16 años, mide 158 cms, pesa 42 kilos, se viste o la visten de lagarterana o lolita según les venga en gana y de su vida no se conoce mucho porque a la compañía que la lleva le conviene mantener el misterio para que l@s fans le atribuyan cualidades/gustos propios con los que puedan identificarse.

¿El problema? Que Hatsune no es una adolescente japonesa sino un holograma. Los japoneses de verdad están fatal o deben tener los yenes calentitos porque anda que gastarse dinero en irse a un concierto de un holograma… manda huevos. Ahora que peor estoy yo que no tengo ni puta idea de lo que dice pero me gustan las canciones y me las canto con mi japonés de Córdoba: sekai de ichi-ban ohime-sama, sou-yu atsukai kokoro-ete yone (pronunciado: “seaire iti monekey, suyu kari poporo io o iiiii iiii ni ione”)






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