Vacaciones Santillana

Llevo una semana o así sin bloguear y la verdad es que no lo echo de menos. He leído la prensa y visto las noticias muy por encima - pasando que es gerundio que cada vez que le echo cuentas a alguna cosa no sé si se me subirá la presión sanguínea pero de mala leche sí que me pongo y, la verdad, se vive muy bien relajaita sin preocuparse por nada más que una misma. No sé si estas vacaciones Santillana me van a durar sólo hasta después de Thanksgiving o si se extenderán hasta el año que viene. Tengo algunos vídeos programados de aquí a finales de diciembre (mujeres empresarias, mujeres pintoras, algo de Lidia Falcón, algo de Carmen Iglesias, etc) pero si no me veis bloguear no os asustéis que no me han matado ni me han encontrado sin riñones en una bañera llena de hielo a medio fundir en un hotel de Manhattan.

Es simplemente que se vive muy bien cerrando los ojos a malos tratos, padrastros que violan a las hijastras y las llaman malas putas en televisión a pesar de tener una orden de alejamiento y una especie de mordaza legal para que no hagan declaraciones; rallies y manifestaciones pacificas para luchar contra la transfobia, los crímenes de odio (racistas y homófobos) y contra el estigma que a día de hoy sigue acompañando al VIH/Sida; abortos que matan a miles de mujeres en todo el mundo porque los gobiernos de sus países se pasan los derechos reproductivos de la mujer por el forro; jueces machistas que absuelven a violadores, maltratadores y agresores porque la víctima es una mujer y no se da crédito a su testimonio; políticos machistas y retrógrados (ellos y ellas) que pretenden “limpiar” las calles de prostitutas fortaleciendo las redes de trata de blancas porque contra lo que no se ve no se puede luchar; familias que se preparan para mutilar a sus niñas (ablaciones de clítoris) en Navidades porque a nadie le extrañará que se las lleven "a ver a los abuelos" al país que sea; compañías farmacéuticas y gobiernos negándose a suministrar gratuitamente medicamentos que si no curan el cáncer por lo menos hacen la vida de las pacientes de cáncer de mama mucho más llevadera (ahora eso sí: Viagra que no falte ¡alegría! ¡alegría!); niñas que mueren de hambre como moscas; analfabetismo real y funcional…