Burrada del día

Un hombre no va a ver nunca a una mujer como su semejante porque desde pequeños – lo mismo que a nosotras se nos condiciona para ser sumisas – se le enseña que el mundo le pertenece y que las mujeres se contentan con sus migajas. De Madrid a Sebastopol, salvo en contadas excepciones de sociedades matriarcales que están extinguiéndose, política, social y religiosamente se convence al hombre de su condición de amo y señor. ¿Por qué caemos en el buenismo y queremos pensar las feministas que el hombre va a ceder la mitad de su poder voluntariamente? Lo poco que el hombre ha ido dando cuando no le ha quedado más remedio son migajas. Se habla de derechos ganados – derecho al voto, a salir de casa o viajar sin permiso paterno o de tu marido, a viajar sola, a tener tu propia cuenta corriente, etcétera; “derechos” para nosotras porque para ellos son cosas tan naturales como el aire que respiran y no se las han planteado nunca como un "derecho".

Si las mujeres heterosexuales se negasen a mantener relaciones sexuales con los hombres y todas las niñas, adolescentes y mujeres del mundo fuésemos armadas por la calle, arreglaríamos rápidamente problemas como la violencia doméstica, el incesto, las violaciones, el acceso al mundo laboral y la desigualdad salarial, el contagio de Sida de hombre picaflor (hetero o bisex) a su esposa, la violación de nuestros derechos humanos con la excusa de profesar una u otra religión, la trata… porque los hombres sólo atienden a dos razones: sexo y violencia. Tú le dices a un hombre que no podemos seguir ganando menos que ellos ocupando los mismos cargos y te da la razón (a no ser que sea un neandertal) pero piensa para sí mismo que eso ha sido siempre así, es así y debe seguir siendo. Tú le dices a un hombre que hasta que las mujeres no cobren los mismos sueldos en su casa no se folla y verás lo rápido que se ponen las pilas en el Congreso y los departamentos de recursos humanos de las empresas. Un maltratador o un violador que ven a una mujer indefensa no se lo piensa dos veces. Que sepan que los puedes esperar con una pistola, pegarles un tiro en la pierna (porque no se trata de ir matando hombres por ahí alegremente) y entregárselos a la policía que verás como se lo piensan antes de ponerte la mano encima.