Aborto y objeción de conciencia en España

Un juez de Málaga dictó la semana pasada una sentencia que ilegaliza que un/a médic@ de familia se niegue a dar información sobre el aborto a adolescentes y mujeres que le lleguen embarazadas y quieran saber qué opciones tienen dentro del sistema sanitario español. La sentencia ya ha sido apelada y ya han salido 3 o 4 valientes en la tele y la prensa escrita dando la cara, orgullosos - ellos y ellas - de pasarse los derechos de la mujer por el forro. Yo no entiendo por qué se les consiente este tipo de cosas.

Si en lugar de una adolescente o mujer embarazada les llegase una mujer con una cardiopatía ¿se negarían a mandarlas a un especialista en el corazón? ¿se negarían a hablarle de la posibilidad de un trasplante? Al fin y al cabo cuando a una persona le llega su hora, le llega su hora y alargarla artificialmente (trasplante) es jugar a ser Dios ¿no? Quien dice una cardiopatía dice una apendicitis, alguien que necesite diálisis, un/a agente de policía que haya sido herid@ durante su turno de trabajo, hasta una escayola… meter mano en cualquiera de estas cosas es jugar a ser Dios. Si les llega un hombre con disfunción eréctil que tenga más de 40 años ¿lo mandan pa’su casa o a un especialista? ¿le recetan Viagra en la misma consulta? Ah que su religión no les prohíbe recetar Viagra… Pues a ver en qué quedamos porque, si la calidad del semen disminuye a partir de los 35 o 40 años y la única función del matrimonio según los pro-vida es la de reproducirse, a ese bendito varón ya no le quedan excusas pa’darse alegrías pa’su cuerpo macareno. Actuando con la buena conciencia de la que presumen, deberían mandarlo pa’casa sin pastillas.

Es como si ahora un/a médic@ que sea testig@ de Jehová se niega a hacerle transfusiones de sangre a sus pacientes. ¿Qué les llega alguien desangrándose después de un accidente de tráfico? Nah, déjalo ahí que si se muere es porque Dios ha querido pero no porque yo le haya dao sangre de otra persona. Y sí, en EEUU hay testig@s de Jehová que son médic@s y (que se sepa) no han matado todavía a nadie entre otras cosas porque entienden que ellos pueden tener sus creencias fuera del hospital pero cuando se ponen el uniforme y entran en el hospital no pueden jugar con la vida de l@s pacientes.

No me explico ni cómo un/a médic@ puede negarse a informar debidamente a una paciente ni – sobre todo – cómo se lo consienten los colegios de médicos de sus ciudades, las juntas de salud de sus comunidades autónomas y el ministerio de Sanidad. Porque pásmate que lo mejor es eso, que lo que es pa’no echar gota es que l@s médic@s que han presentado un recursos están respaldados por un colegio médico. Es de traca.

Si tienen que hablar con la paciente de opciones (aborto, adopción, quedárselo) el hecho de decir la palabra “aborto” no va a hacer que la adolescente o la mujer de turno salga corriendo a una clínica a hacerse un aborto. Es más, como profesionales sanitarios esta gente sabe perfectamente que las cosas no funcionan así. Una no entra en una clínica y sale a los 5 minutos habiéndosele hecho ya una interrupción voluntaria del embarazo. Hay un proceso – por cierto cada vez más largo gracias a la “genial” reforma de la ley del aborto. Luego ¿a cuento de qué estos alardes? ¿qué pretenden? Como ya he dicho otras veces: si no querían ejercer la medicina, que hubiesen estudiado otra cosa. El juramento hipocrático no es selectivo. El título en Medicina no se lo dan para que sean selectivos con lo que hacen y lo que no hacen. Para eso no se les paga un sueldo con dinero público todos los meses. Si querían ejercer juicios morales, que se hubieran metido a curas y monjas que, por cierto, andan faltos de vocaciones.

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