Quién me ha visto y quién me ve

Siempre he sido alérgica a las tareas de la casa en general y a la cocina en particular. Siempre le he dicho al novio o la novia de turno (que tuve una fase hetero de la que no me avergüenzo) que yo soy una artista y si querían comida y la casa limpia que cocinasen/limpiasen ell@s. Desde que me regalaron la olla de cocción lenta en Navidades estoy muy maru y el fin de semana que hace frío es que no salgo de la cocina oyes. Me levanto temprano, voy a comprar todos los ingredientes y cuando me canso de ver películas o documentales que tenía atrasados me meto en la cocina a preparar pollo italiano, pollo al curry, carne picada con cebolla caramelizada, pimientos verdes y champiñones, alitas de pollo… Mi último descubrimiento es una salsa de roquefort que me sale de muerte (roquefort y sour cream calentados en una olla pequeña y después enfriados en el frigo) que luego utilizo lo mismo en ensaladas que con pollo al grill, salmón ahumado, tacos de carne picada con hojas de lechuga en lugar de tortillas…. Y lo mejor no es que cocine mi propia salsa sino que, a la vejez viruelas, he aprendido a reciclar los frascos de cristal de las salsas que venden en el supermercado. Vamos, que no hago mermelada casera como en las películas porque no me gusta la fruta ni la mermelada que si no acababa como en los dibujos animados cuando abres los muebles de la cocina y sólo ves tarros de mermelada.