Bodorrios neoyorkinos
Cuando legalizaron los matrimonios LGBTs en el estado de Nueva York el alcalde de Nueva York decidió ser rumboso y que los ayuntamientos abrieran mañana domingo para que las parejas del mismo sexo (o las hetero que quieran casarse mañana) no tuvieran que esperar ni un sólo día mas de lo necesario para poder casarse. Se han visto desbordados por la demanda y han acabado haciendo un sorteo (que aquí llaman lotería) para ver quién puede casarse mañana. Tú imagínate que tienes el traje, la fiesta, las flores, tu fotógrafa y todo apalabrado y/o pagado y te salen con esas. Me pasa a mí y como mínimo les quemo el ayuntamiento con cerillas. Es muy fuerte que hayan tenido a las parejas sin saber si se casaban o no hasta 2 o 3 días antes de la boda.
Gracias a Dios ni me caso ni me han invitado a ninguna boda para mañana porque hace un calor de la leche y a las que me han invitado en agosto lo mismo no voy. Primero, el mundo lésbico es muy endogámico – vamos a ir las mismas invitadas a todas las bodas y yo, que soy presidenta de honor de la Hermandad del Puño Cerrado mireuste, paso de comprarme cuatro modelazos pero también me da cosa repetir el mismo cuatro fines de semana seguidos. Segundo, no son bodas de amigas-amigas sino compromisos que aquí también se lleva eso de invitar a gente que no conoces mucho pa’ver cuánto sacas o qué te regalan. Yo demasiado borde para hacer algo que no me apetece por alguien que no me merece la pena máxime si encima – repito que soy presidenta de honor de la Hermandad del Puño Cerrado – no ya sólo tienes que hacerles un regalo sino que además pretenden que te pagues tú la comida de tu bolsillo. Como lo lees: se ha puesto de moda cobrarte la comida por adelantado y por si eso fuera poco hay parejas que tienen patrocinadores; no sitios que te hagan un descuento jugoso (que me parece muy bien, hay una fotógrafa en Long Island que está haciendo un 42% de descuento o el número que sea que coincide con los estados donde las parejas de lesbianas y gays todavía no podemos casarnos) sino floristerías, marcas de bebidas alcohólicas o refrescos, etc que te ofrecen su producto gratis a cambio de que tengas enlaces en tu página web y un photocall en la boda y tus invitad@s se hagan fotos.
Gracias a Dios ni me caso ni me han invitado a ninguna boda para mañana porque hace un calor de la leche y a las que me han invitado en agosto lo mismo no voy. Primero, el mundo lésbico es muy endogámico – vamos a ir las mismas invitadas a todas las bodas y yo, que soy presidenta de honor de la Hermandad del Puño Cerrado mireuste, paso de comprarme cuatro modelazos pero también me da cosa repetir el mismo cuatro fines de semana seguidos. Segundo, no son bodas de amigas-amigas sino compromisos que aquí también se lleva eso de invitar a gente que no conoces mucho pa’ver cuánto sacas o qué te regalan. Yo demasiado borde para hacer algo que no me apetece por alguien que no me merece la pena máxime si encima – repito que soy presidenta de honor de la Hermandad del Puño Cerrado – no ya sólo tienes que hacerles un regalo sino que además pretenden que te pagues tú la comida de tu bolsillo. Como lo lees: se ha puesto de moda cobrarte la comida por adelantado y por si eso fuera poco hay parejas que tienen patrocinadores; no sitios que te hagan un descuento jugoso (que me parece muy bien, hay una fotógrafa en Long Island que está haciendo un 42% de descuento o el número que sea que coincide con los estados donde las parejas de lesbianas y gays todavía no podemos casarnos) sino floristerías, marcas de bebidas alcohólicas o refrescos, etc que te ofrecen su producto gratis a cambio de que tengas enlaces en tu página web y un photocall en la boda y tus invitad@s se hagan fotos.
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