Cómo está el patio

Yo no sé qué se toma alguna gente ni para desayunar ni durante toda su vida. La semana pasada me quedé alucinando con un sacerdote español que quiere que le midan el ano para certificar que no es homosexual (como si los únicos que tuvieran sexo anal fuesen los hombres homosexuales y como si a las personas que practican sexo anal se les quedase luego el ano como el de los caballos y fuesen echando mojones cada 2 pasos – que es que además de homófobo el hombre es un poquito ignorante) y ayer me quedé helada al enterarme del asesinato de un niño de 4 años y una mujer de 28 cometido por un pseudo líder religioso de una secta rara de estas que tanto le gustan a los norteamericanos: al chiquillo se lo cargó porque a los 4 años ya le notaba él que era homosexual y a la mujer se la cargó porque no le podía dar hijos y para colmo de males quería salirse de la secta. Con dos cojones. Toma ya. Y luego lesbianas, gays, bisexuales y transexuales somos los que estamos acabando con la santidad del matrimonio y con la familia tradicional.