Patriotas en Chueca

Con toda la que tiene liada Shangay Lily – con las amenazas y el veneno que se está soltando alegre e impunemente en Internet esta semana – puede parecer pecata minuta que haya garrulos que se estén planteando organizar una convocatoria de patriotas en Chueca. Garrulos que en apenas unos segundos puedes bloquear y denunciar tanto en Facebook como en twitter (vamos que si leéis algo lo mínimo es que le deis al enlace pa’denunciarlos). La primera reacción es pensar de dónde se habrá escapao el Braveheart ese. Después se queda una pensando – una vez más – si la democracia española es una patraña, si va a ser verdad que España esté anclada en 1979 como piensan much@s hombres y mujeres de negocios que pasan de invertir en Europa o si habremos llegao a eso (que leyendo lo que se ha leído esos días parece que seguimos en los años 50-60 si no antes) y en qué tendrán que ver las churras con las merinas.

A ver por qué ser lesbiana, gay, bisexual, transexual, queer, etc lo hace a un@ menos patriota que otra persona. Que yo sepa l@s LGBTQs que viven o se mueven por Chueca no se pasan la vida planeando acabar con el gobierno ni organizando manifestaciones ni planeando atentados ni intentando quitarle derechos a nadie. ¿Dónde están los del patriotismo cuando hay un atentado de ETA? ¿o cuando un hombre le pega a una mujer? ¿o cuando sale a la luz el último caso de mujer asesinada? mira tú como ahí no se meten. Supongo que no pensarán que un terrorista, un maltratador o un asesino son patriotas. Si es así, apaga y vámonos. A un terrorista y a un maltratador lo perciben como a alguien fuerte y a Shangay Lily y a todas las tortilleras y todos los maricones a los que directa o indirectamente nos representa nos perciben como débiles. Y de eso nada, monada. Ni mijita. Débiles son ellos que se aprovechan del anonimato cibernético para ir soltando todas las barbaridades que a lo mejor en la vida real, cara a cara, no se atreverían nunca a soltar para no ser vistos como lo que son (gi-li-po-llas fascistoides) o que no les arreen lo que se merecen (una buena hostia).