El incesto es un delito casi nunca penado en Paraguay
© Cinthia López, Gioconda
Batres Méndez, ABC
Gioconda Batres
Méndez, experta internacional en derechos de la mujer sobre el tema de la
violencia, visitó Paraguay invitada por la Secretaría de la Mujer y la Niñez,
para dar talleres de cómo abordar los casos de abusos e incesto. Batres Méndez
dice que en Paraguay debería haber una mayor cultura de denuncia con una mayor
preparación de fiscales y jueces, y que el delito de incesto es un delito
público.
La doctora
Gioconda Batres Méndez ha publicado varios libros y manuales como, por ejemplo,
el abordaje y tratamiento de incesto y abuso sexual; tiene una amplia
trayectoria universitaria y cursos desarrollados en América Latina. Fue
galardonada con numerosos premios nacionales como por la Defensoría de los
Habitantes, las Universidades de Costa Rica, el Instituto Nacional de las
Mujeres y el Colegio de Médicos. Es una de las más reconocidas expertas
latinoamericanas en el tratamiento del abuso sexual y sus perpetradores.
Gioconda visitó
Paraguay y realizó talleres de entrenamiento en el tratamiento de la violencia
sexual contra mujeres, adolescentes y niñas a profesionales psicólogas,
invitada por la Secretaría de la Mujer y la Niñez, en el marco del Día
Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, en una
entrevista con ABC Color plantea la problemática del incesto en nuestro
país.
El problema del
incesto en nuestro país pareciera estar muy arraigado en la sociedad.
El incesto es un
delito público, de ninguna manera la sociedad debe tolerarlo, tampoco lo
toleran las leyes, el aspecto de permitir sin que se dé una denuncia, sin que
se persiga digámoslo así penalmente es una omisión grave de la justicia. Porque
uno no puede excusarse con la cultura,
decir, aquí se ve, pero no hay ningún tipo de seguimiento, es una
obligación porque
es un delito público.
No estamos
preparados para asumir una denuncia.
Debería haber una
mayor cultura de denuncia con una mayor preparación de fiscales y jueces y la
creación de redes dentro de la comunidad que atienda la violencia familiar y la
violencia sexual, para que cualquier caso de abuso sexual contra un
adolescente, una niña o niño, sea la comunidad y la misma policía que
investigue por los delitos. Hay que investigarlo, aunque no haya denuncia,
porque son delitos penales públicos. Esta es una situación que se da en otros
países como en Guatemala, ya no tanto en Nicaragua, pero en otros países de
América Latina hay claridad que no se puede tolerar el abuso sexual contra
nadie.
El incesto es un
delito casi nunca penado en Paraguay.
Primero hay que
romper con la negligencia del Poder Judicial en Paraguay, eso se logra, porque
se ha logrado en otros países capacitando permanentemente y que el Poder
Judicial destine los fondos para la capacitación y que además el tema de violencia
se incluya en la Escuela Judicial y en la formación de jueces y fiscales, y
defensores públicos y que el Poder Judicial tenga una vigilancia permanente
para que sus funcionarios no caigan en este tipo de desatención. Luego el
fortalecimiento de redes municipales porque en cada municipio debe haber una
oficina de atención a la violencia y que tenga integrada la fuerza viva de la
comunidad, con policías, salud, secretaría de la niñez, y la mujer.
Cambiar culturas
es una de las cosas más difíciles, pero no imposibles ya que toman sus
años.
¿Cómo apoyar a las
mujeres y adolescentes víctimas de violencia?
Ese es un vacío
que existe en toda América Latina: el
tema económico desde el Estado, estamos pidiendo a las mujeres, algo y
es como una especie de injusticia. Pedimos a las mujeres que denuncien el abuso
y eso significa que los abusadores irán a la cárcel, eso sí es que los jueces
así lo consideren, porque en Paraguay hay mucha impunidad a nivel de justicia,
y luego ellas se encuentran solas, porque la misma sociedad patriarcal las
impidió prepararse, que dice que la mujer debe estar en su casa, y luego ellas
se encuentran en la indefensión, en la miseria más absoluta y no hay planes de
apoyo económico para las mujeres agredidas, entonces todo juega en contra.
La educación es un
instrumento importante.
Las campañas de
prevención, campañas de difusión de los derechos de las mujeres, de los niños y
las niñas, están al servicio del silencio de la complicidad. Entonces educar a
la población sobre los derechos, ha resultado en los países. Son los programas
de prevención insertos en las currículas de las escuelas primarias, porque las
escuelas es el lugar en donde los niños pasan la mayor parte del tiempo.
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