Fraga, Mujeres y Memoria Histórica
© Carmen Freixa
Fuente: http://www.catalunyapress.cat/es/notices/2012/01/fraga__mujeres_y_memoria_historica_59939.php
Las mujeres de este país, con memoria histórica, cuando estos días lean obituarios dedicados al Sr. Fraga como los que ha escrito el Sr. Rajoy ensalzando a un hombre y político sexista agradecerán que el autor sea tan sexista como él y hable de “los españoles” ahorrándonos sentirnos aludidas en las loas dirigidas a quien despreció los valores que defiende el feminismo, sobre todo los de la equidad y la igualdad social. Asistiremos estos días a un ejercicio de cinismo y de desmemoria histórica por parte de toda clase de gente. Políticos como Durán Lleida que considera que el ministro del dictador Franco siempre le trató de forma exquisita, actitud muy propia de quien defiende un catolicismo exacerbado que le lleva a insultar a quienes muestran su opción sexual defendiendo terapias y considerando como la Sra. Ana Botella que no se deben mezclar peras con manzanas opción, por otra parte, tan dietética como comerlas por separado. Escritoras como Rosa Montero cuyo cínico retrato les dejará un sabor amargo porque nada hay que agradecerle a uno más de los ex-ministros de Franco que ha muerto sin juzgar porque en este país nos tragamos la Memoria Histórica a la espera de que la justicia internacional juzgue ese nefasto periodo de nuestra historia.
Y mientras en el PP, como no podía ser de otra forma en ese partido que alberga a la derecha franquista en su seno, lamentan y loan a ese ministro que consideraba que la calle era suya no de la ciudadanía, hay quienes ejerciendo la función social del periodismo recuerdan la verdadera biografía de este hombre que no dudaba ni un instante ante la pena de muerte y que fue un maestro del arte del camaleón en cuanto la democracia se instauró en nuestro país porque el dictador murió.
Creo, como feminista y periodista, en el derecho a la información veraz y contrastada - esencia del periodismo y su función social - que tiene la ciudadanía. Así que creo que hay que hacer un saludable ejercicio de Memoria Histórica y recordar el sexismo de este ministro de la dictadura que mucha gente creyó que en su estancia de embajador en Londres aprendió qué era la democracia. Durante su etapa de ministro de diversos eufemismos las mujeres vivieron aterrorizadas por la persecución de que eran objeto por derechos de salud como el aborto y los anticonceptivos o derechos de ciudadanía como el divorcio, abrir cuentas corrientes, pedir un crédito y cuestiones similares.
Su concepto de las mujeres quedó patente cuando preguntado por los augurios electorales de las encuestas dijo sin inmutarse: "Siempre me ha parecido que esos estudios tienen un gran interés pero tienen sus limitaciones. Y evidentemente, pues si a una mujer le preguntan con cuántos hombres se acuesta no suele dar una respuesta absolutamente certera".
De ese talante pueden dar fe las mujeres de los mineros asturianos que vivieron el terror de la falta de derechos democráticos de forma mucho más directa con esas torturas propias de los regímenes fascistas: la degradación personal a través del rapado y el aceite de ricino.
Nunca debería ser olvidado su insulto a la diputada socialista Clementina Díez, una mujer con una biografía política demócrata y valiosa. En 1997 dijo refiriéndose a los argumentos políticos que la diputada había expuesto: “Lo único interesante que exhibió en el debate fue su escote” y luego se negó a pedir disculpas porque consideraba que había sido, palabras textuales, “una simpática alusión a los atributos de la dama”. Las mujeres de este país con conciencia feminista reaccionaron de forma contundente anteponiendo su condición de mujeres a la de su adscripción política, como debería ser siempre.
Por último, creo que hay que grabar en la Memoria Histórica lo que respondió Fraga cuando un periodista le hizo esa pregunta típica de las actitudes machistas que pretende imputar responsabilidad a las mujeres cuando son víctimas de una violación. Contestó echando mano del repertorio más machista del refranero “Mujer que al andar canea, y al mirar sus ojos mece, yo no digo que lo sea… pero sí que lo parece”.
Qué pena que la justicia argentina no le haya podido juzgar para honrar a tanta gente que luchó por la democracia y qué lástima que las actitudes machistas, y los delitos que de ellas se derivan, sean olvidadas en las biografías de las personas.
Como dijo Benedetti "La muerte le ganó a la Justicia" pero la calle ya no es suya es de la ciudadanía.
Fuente: http://www.catalunyapress.cat/es/notices/2012/01/fraga__mujeres_y_memoria_historica_59939.php
Las mujeres de este país, con memoria histórica, cuando estos días lean obituarios dedicados al Sr. Fraga como los que ha escrito el Sr. Rajoy ensalzando a un hombre y político sexista agradecerán que el autor sea tan sexista como él y hable de “los españoles” ahorrándonos sentirnos aludidas en las loas dirigidas a quien despreció los valores que defiende el feminismo, sobre todo los de la equidad y la igualdad social. Asistiremos estos días a un ejercicio de cinismo y de desmemoria histórica por parte de toda clase de gente. Políticos como Durán Lleida que considera que el ministro del dictador Franco siempre le trató de forma exquisita, actitud muy propia de quien defiende un catolicismo exacerbado que le lleva a insultar a quienes muestran su opción sexual defendiendo terapias y considerando como la Sra. Ana Botella que no se deben mezclar peras con manzanas opción, por otra parte, tan dietética como comerlas por separado. Escritoras como Rosa Montero cuyo cínico retrato les dejará un sabor amargo porque nada hay que agradecerle a uno más de los ex-ministros de Franco que ha muerto sin juzgar porque en este país nos tragamos la Memoria Histórica a la espera de que la justicia internacional juzgue ese nefasto periodo de nuestra historia.
Y mientras en el PP, como no podía ser de otra forma en ese partido que alberga a la derecha franquista en su seno, lamentan y loan a ese ministro que consideraba que la calle era suya no de la ciudadanía, hay quienes ejerciendo la función social del periodismo recuerdan la verdadera biografía de este hombre que no dudaba ni un instante ante la pena de muerte y que fue un maestro del arte del camaleón en cuanto la democracia se instauró en nuestro país porque el dictador murió.
Creo, como feminista y periodista, en el derecho a la información veraz y contrastada - esencia del periodismo y su función social - que tiene la ciudadanía. Así que creo que hay que hacer un saludable ejercicio de Memoria Histórica y recordar el sexismo de este ministro de la dictadura que mucha gente creyó que en su estancia de embajador en Londres aprendió qué era la democracia. Durante su etapa de ministro de diversos eufemismos las mujeres vivieron aterrorizadas por la persecución de que eran objeto por derechos de salud como el aborto y los anticonceptivos o derechos de ciudadanía como el divorcio, abrir cuentas corrientes, pedir un crédito y cuestiones similares.
Su concepto de las mujeres quedó patente cuando preguntado por los augurios electorales de las encuestas dijo sin inmutarse: "Siempre me ha parecido que esos estudios tienen un gran interés pero tienen sus limitaciones. Y evidentemente, pues si a una mujer le preguntan con cuántos hombres se acuesta no suele dar una respuesta absolutamente certera".
De ese talante pueden dar fe las mujeres de los mineros asturianos que vivieron el terror de la falta de derechos democráticos de forma mucho más directa con esas torturas propias de los regímenes fascistas: la degradación personal a través del rapado y el aceite de ricino.
Nunca debería ser olvidado su insulto a la diputada socialista Clementina Díez, una mujer con una biografía política demócrata y valiosa. En 1997 dijo refiriéndose a los argumentos políticos que la diputada había expuesto: “Lo único interesante que exhibió en el debate fue su escote” y luego se negó a pedir disculpas porque consideraba que había sido, palabras textuales, “una simpática alusión a los atributos de la dama”. Las mujeres de este país con conciencia feminista reaccionaron de forma contundente anteponiendo su condición de mujeres a la de su adscripción política, como debería ser siempre.
Por último, creo que hay que grabar en la Memoria Histórica lo que respondió Fraga cuando un periodista le hizo esa pregunta típica de las actitudes machistas que pretende imputar responsabilidad a las mujeres cuando son víctimas de una violación. Contestó echando mano del repertorio más machista del refranero “Mujer que al andar canea, y al mirar sus ojos mece, yo no digo que lo sea… pero sí que lo parece”.
Qué pena que la justicia argentina no le haya podido juzgar para honrar a tanta gente que luchó por la democracia y qué lástima que las actitudes machistas, y los delitos que de ellas se derivan, sean olvidadas en las biografías de las personas.
Como dijo Benedetti "La muerte le ganó a la Justicia" pero la calle ya no es suya es de la ciudadanía.
Comments
Post a Comment