Proceso de insensibilización urbana

El primer día que ves a una chica joven pidiendo en el metro con un crío a cuestas y otro sentado al lado, se te pone el corazón en la boca, le das dinero y te quedas con ganas de llevártelos a casa. Sin saber la historia que arrastren (lo mismo han salido por patas huyendo de un marido/padre maltratador que es una madre soltera que se ha visto en la calle al quedarse sin trabajo y acabársele el paro, también puede ser una toxicómana o una alcohólica que no pueda funcionar como las personas normales) lo único que quieres es darles comida y ofrecerles tu ducha, tu ropa y hasta tu cama.

El segundo día vuelves a darle a la madre lo suelto que tengas y te vas a casa con mal cuerpo. El tercer día te acuerdas de cuando fuiste voluntaria en un comedor para "sin techo" en Brooklyn y empiezas a rebobinar: hay comedores para sin techo, hay albergues para sin techo, maltratadas o simplemente mujeres que se hayan quedado en la puta calle después de meses en paro, hay guarderías, médicos y comida gratis para niños de hasta 12 años, ¿por qué no están esos niños en la cama? Al cuarto o quinto día, te dan ganas de llamar a Servicios Sociales porque esos críos definitivamente deberían estar en la cama cenados y bañados. Hay que ver qué mala madre. Y si no puede atenderlos, que los dé en adopción o deje con familias de acogida.

Cuando ves a otra mujer joven de la misma edad con dos niños más o menos de la misma edad a la misma hora en otra estación de metro te acuerdas de Slumdog Millionaire y te da por pensar que a ver si estas dos no son sin techo ni maltratadas ni "probes" sino parte de una red de tráfico de mujeres y niños que las use para mendigar. Ahí es cuando decides ahorrar lo suelto que lleves en el bolso, ir a cambiarlo al banco o al supermercado y comprarte unos zapatos nuevos. No te vas a privar tú de unos zapatos divinos de la muerte para que a ellas les metan un chute heroína, a los críos les den un mal yogur al día y el resto se lo embolsen sus captores.