Lesbofobia y lesbofobia internalizada en Alabama

Mallory Owens es una lesbiana de 23 años de Alabama a la que el lesbofobo del cuñado le pegó una paliza de la leche en plena cena de Día de Acción de Gracias hace 10 días escasos. No sé si mediarían palabra o si se abalanzó contra ella sin más. La cosa es que le destrozó la cara a patadas y puñetazos hasta el punto de que la madre de ella no pudo reconocerla en el hospital. Me preguntó a quieen se le ocurrió la genial idea de que la chiquilla pasase el Día de Acción de Gracias con ellos y cómo es que ni el padre ni la madre de la novia y el agresor pudieron parar el ataque. Porque, si vieron que el hijo se levantaba e iba hacia la otra, en la casa había gente más que de sobra para pararlo a no ser que es que el resto de la familia también sea lesbofoba y en lugar de pegarle a la hija – que al fin y al cabo es su sangre – se ensañasen con la otra.

El cuñado ya estaba calentito. Hace meses, no pudiendo o no queriendo entender la relación lésbica de su hermana con Mallory intentó abrirle la cabeza con una tubería a la hermana. Con ese panorama, por muy enamorada que esté y por muy condicionada para tragar carretas y carretones que esté (que las lesbianas estamos tan condicionadas y somos tan víctimas del heteropatriarcado como cualquier mujeres hetero), ¿cómo va ella a cenar a casa de la novia? Y el remate del tomate es que sale del hospital y en lugar de ir a casa de sus padres a recuperarse se va a casa de la familia de la novia (es decir, al lugar del crimen) para que sobre la familia de la novia no caiga la sospecha de ser LGBTfobos y para dejar claro que lo suyo no ha sido un crimen de odio.

Yo creo que Mallory  está enamorada hasta las trancas y además todavía en shock por el brutal ataque. Es como la maltratada a la que le rompen 6 costillas y vuelve a casa nada más salir del hospital diciéndole a las vecinas y la familia que tampoco ha sido para tanto e inventándose excusas para justificar al marido. Esa chiquilla necesita ayuda psicológica y que su familia o sus amigas le abran los ojos porque hace una semana le pegó una paliza y dentro de un mes como se descuide se la carga. Lo mismo es que se odia a sí misma – lo mismo tiene un caso galopante de lesbofobia internalizada, piensa que se merece la paliza y vuelve a por más.