Marisa Soleto: A su señoría Toni Cantó
© Marisa Soleto,
El Mundo
La realidad se
conoce de dos maneras, a través de la observación directa y a través de los
datos estadísticos. No hay otra forma. Aclaro que me refiero a la realidad
social, a aquella que define situaciones del conjunto de las personas que
comparten un ámbito o una característica concreta.
La realidad de
cada una y cada uno es otra cosa y, a menudo contribuye a incorporar un
elemento importante de distorsión sobre la realidad social, la que resumen la
situación de todas y todos. Por muy representativa que nos parezca nuestra
situación, la de nuestra vecina o la de nuestro primo hermano, lo que vemos y
conocemos, las opiniones que nos conformamos en los entornos personales,
laborales o familiares, se fundamentan en una parte muy pequeña de lo que
realmente ocurre.
Por esto nos hacen
falta las encuestas y las estadísticas públicas, realizadas de forma que puedan
ser comparables y con criterios fiables que permitan conocer la evolución y los
cambios sociales.
La estadística
debe ser por tanto la principal aliada de los representantes políticos y una
referencia imprescindible a la hora de hacer propuestas que afecten a la
población en general o a grupos sociales afectados por cualquier tipo de iniciativa
política.
Suele suceder que
quienes pretenden defender posiciones contra la realidad, se preocupan en
primer término de desacreditar las estadísticas públicas, para dar mayor valor
al mensaje que pretenden colocar, que suele estar basado en su realidad directa
y no en la común. Es decir, y por aclarar el concepto, aquello de lo del ascua
y la sardina.
Por ejemplo hace
unas semanas hablaba el Presidente de la patronal diciendo que en realidad la
EPA no tiene su reconocimiento como medidor del paro y que sólo reconoce el
paro registrado por los Servicios Públicos de Empleo que recoge unas cuantas
personas menos. Así pretendía poner en duda el dato de casi 6 millones de
personas sin empleo en España, sin reparar que la metodología de la EPA cuenta
con el reconocimiento internacional de Euroestat, es decir, lo que nos permite
comunicarnos con el resto de los países del espacio común europeo en materia
social, económica y de empleo.
Sin duda otro
ejemplo han sido los desgraciados twits emitidos por el diputado Cantó en los
últimos días. Sorprendente que el portavoz de su grupo parlamentario en la
Comisión de igualdad del Congreso, que debe tener a su disposición los informes
oficiales del Consejo General del Poder Judicial, la Fiscalía especial contra la
violencia de género, y el informe estadístico de la Delegación del Gobierno
contra la violencia de género, decida, no obstante hacerse eco de una
información procedente de una página WEB en la que contradicen y desmienten los
datos oficiales de estos informes sin ningún empacho.
Le hubiera bastado
al Diputado Cantó un paseo por la WEB del INE.es para saber que en las
estadísticas de suicidios, según la metodología europea, no re recoge el estado
civil de las personas y mucho menos si se encuentran o no en un procedimiento
de separación y divorcio.
Le hubiera bastado
ojear alguno de los informes del Observatorio del Consejo general del poder
judicial para saber que la presunción de inocencia funciona perfectamente para
los denunciados por violencia de género y que son muchos los casos en los que
no se aplican medidas cautelares, muchas las órdenes de protección que se
deniegan, y que hay casi tantas
absoluciones como condenas en los procedimientos penales que se desarrollan por
esta causa, imagino yo, en consideración a la presunción de la inocencia del
acusado.
Hubiera sido
conveniente que hubiera revisado el informe de la Fiscalía en materia de
denuncias falsas antes de afirmar que la fiscalía no hace seguimiento de las
mismas y sobre todo, al menos debía de haberse extrañado ante una afirmación que
significa que unas 17.000 mujeres al trimestre, unas 70.000 al año, es decir
más o menos la mitad más una de las que denuncian (la mayoría es eso ¿no?), se
atrevan a mentir a la policía y a los juzgados, cuando la realidad de lo que
sucede es que la mayoría no se atreven siquiera a denunciar.
Y esto sólo por
poner algunos ejemplos relacionados con los famosos twits, que continuar uno a
uno sería muy largo.
Tengo dudas de si
las disculpas formuladas por el Diputado Cantó son suficientes para reparar su
evidente responsabilidad, o falta de ella, como prefieran, en un caso como
éste. Las tengo porque he echado en falta aquello de "no volverá a
ocurrir". No obstante, reconozco que han servido para algo: han puesto en
evidencia que una parte importante de las reivindicaciones que se formulan
contra la Ley integral contra la violencia de género, están formuladas sobre
datos infundados o no contrastados, utilizando las propias palabras del
diputado Cantó.
Estoy de acuerdo
con el diputado Cantó; no se puede construir la igualdad contra los hombres y
no conozco a nadie que tenga esta pretensión. Me gustaría, además, una
reflexión por su parte que apuntara a que tampoco se puede construir la
igualdad llamando mentirosas a más de la mitad de las mujeres que denuncian
violencia de género. Y en cuanto a la asimetría penal y su no conformidad con
los principios generales del derecho o el principio de igualdad, le recomiendo
lectura de algunas de las sentencias del Tribunal Constitucional al respecto,
antes de continuar la argumentación. Y esto es igualmente válido para todas
aquellas personas que se han apresurado a aplaudir la imprudencia del diputado
y que sin duda aprovecharán el espacio de comentarios de este blog para
reiterar sus posturas, que recuerden, son opiniones basadas en datos no
contrastados, según el diputado Cantó.
Nos preocupa la
calidad de nuestra representación política y estamos asistiendo día sí y día
también a lamentables espectáculos de corrupciones y corruptelas en sus
diferentes formas de privilegios infundados y eso nos indigna. Comprenda el
diputado Cantó que nos indignemos también cuando lo que falta es el rigor y la
responsabilidad en relación con el tratamiento de los temas que les son
encomendados a quienes nos representan.
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