¡Llama a tu casa, Pepe!

Madrugada del día de San Rafael de este año. Me despierta un zumbio y se me pone el corazón en la boca pensando que no he oído la alarma del iphone ni el despertador y voy a llegar tarde al trabajo. Miro la hora y veo que eran las 3:27 am. Vuelvo a oír el zumbido y me percato de que es el iphone y no lo entiendo porque lo tengo en "do not disturb". Miro y es mi madre que me esta whatsuepando porque tenía una llamada perdida y pensaba que me había pasado algo. Lo que tiene mi madre, me parece, es mucho tiempo libre. La llamada era de un número que empezaba por 00 49 y en un primer momento pensé que era Alemania, una amiga que tiene turno de  noche lo miró en su iphone y me dijo que era Afganistán y empecé a rebobinar a ver si ahora (con las burradas que escribo) algún loco está intentando localizarme pa'rebanarme el cuello. Tal cual. Soy tremenda. Total, que me espabilé y me puse a googlearlo y vi que era alguien llamando desde Alemania a Córdoba. Seguramente alguien que ha tenido que irse a buscarse las habichuelas y estaba llamando a su casa pa'felicitar al Rafael o la Rafaela de turno - cosa normal, que cada cual es libre de hacer o no según le parezca. Pero a las 4 de la mañana, sin poder volver a dormirme y sin saber si tirar para el gimnasio antes de ir a trabajar o seguir dando vueltas en la cama, no tenía yo el chichi pa'farolillos y pensaba que quien fuese podía haber dejado un mensaje en el contestador ("Pepe, coño, llama a casa y deja un mensaje") en lugar de cortar al percatarse de que se había equivocado de número - cosa que yo no he hecho nunca en todo el tiempo que llevo aquí. Lo de dejar un mensaje, digo. No sé cuántas veces me habré equivocado de número llamando a mi casa, pero a partir de ahora pienso dejar un mensaje diciendo que me he equivocado de número no para evitarle a una madre un sobresalto como el que se llevó la mía sino para evitarle a quien sea una llamada de su familia a horas intempestivas que jode mucho que te despierten en mitad de la noche.