Segundo gilipollas del mes

Richard Branson, megamillonario dueño de la compañía aérea Virgin, por decir que las multinacionales extranjeras deberían abstenerse de hacer negocios en Uganda, es decir, querer organizara un boicot a Uganda hasta que este país de marcha atrás en la ley anti-LGBT. 

No me he vuelto loca: esa ley hay que derogarla. Hasta ahí estamos de acuerdo. Lo que no puede ser es que Branson se rasgue las vestiduras por Uganda y anunciase hace un año que iba a invertir un billón de dólares (con b de burro) en  telecomunicaciones en Rusia cuando Putin ya había anunciado y/o aprobado leyes de caza y captura del homosexual. Lo que no puede ser es que este señor siga haciendo negocios en Rusia, Bahréin, Kuwait, Emiratos Árabes, India, Qatar, Pakistán y Barbados entre otros muchos países donde la población LGBT es fuertemente discriminada y hasta asesinada. 

Por no hablar de los derechos humanos de las mujeres: Branson se pone medallas diciendo que debería haber más mujeres ejecutivas a altos niveles en Inglaterra, pero, repito, sigue haciendo negocios con países donde las mujeres tienen menos derechos que un perro. 

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