Begoña Piñero: “Conseguiremos acabar esta locura”
© María
Lillo, Begoña Piñero, El País
Desde
que el Tren de la Libertad comenzó a caminar, Begoña Piñero, florista de
profesión, no ha descansado ni un solo minuto. Canta, baila, ríe y mantiene en
alto el ánimo de sus compañeras de aventura. La presidenta de la Tertulia de
Les Comadres, la asociación de mujeres que ideó la manifestación contra la
reforma de la ley del aborto, hace un alto el camino para explicar cómo y por
qué este grupo de 150 asturianas decidió poner rumbo a Madrid. Su voz es firme
y su acento marcado. Su habitual sonrisa se transforma en una mueca de hastío y
enfado cuando comienza a hablar sobre un asunto por el que lleva peleando 30
años, como atestigua el pin que lleva colgado en su peto violeta. Es una rana,
símbolo de la lucha por la ley del aborto de 1985 que, según explica en el
vagón cafetería, representaba la prueba que utilizaba a esos animales para
comprobar si una mujer estaba o no embarazada.
Pregunta.
¿Cree que el aborto es un derecho?
Respuesta.
El derecho es elegir si quieres ser madre o no.
P.
¿Cómo surgió la idea del Tren de la Libertad?
R. En
una comida entre amigas que hacemos todos los años, estuvimos discutiendo
varias posibilidades. Una sugirió hacer una marcha a pie desde Asturias a
Madrid, imitando el ejemplo de los mineros. Pero, por favor, ¿has visto la
media de edad que tenemos? Necesitaríamos un mes mínimo. Y casi todas trabajamos.
No tenemos tiempo ni dinero. Entonces, otra propuso ir en tren y llamarlo el
Tren de la Libertad. Y ante eso, ¿qué íbamos a decir? Unos aplausos... Fue
total.
P. ¿Le
sorprende la repercusión que ha tenido?
R.
Muchísimo. La idea siempre nos pareció genial. Tren, libertad y mujeres era una
combinación de la que tenía que salir algo muy bonito. Pero fue a raíz de la
página web que diseñó Ana Rey Artime, a quien tengo que dar un millón de
gracias, cuando empezó el apoteosis.
P. ¿Qué
papel juegan los hombres en este asunto?
R. El
mismo que las mujeres. Pero en último término somos nosotras las que tenemos
que decidir porque es nuestro cuerpo, es nuestra vida lo que está en juego.
P. ¿Qué
supuso la llegada de la actual ley de plazos de 2010?
R. Por
primera vez las mujeres podíamos decidir libremente si seguir con el embarazo o
no. Era una tranquilidad tan grande... Nos sentíamos ciudadanas de pleno
derecho. Pero lo mejor que tiene la ley es todo lo referido a la educación
sexual para que el aborto fuera el último recurso. Y esa parte se ha olvidado
totalmente en el proyecto del señor Gallardón.
P. ¿Qué
supondría la aprobación del nuevo anteproyecto de ley?
R. Si
las mujeres no tienen el recurso de abortar, tendremos un problema grave de
salud porque a la vez que el Gobierno impone esta ley, también recorta en
dependencia, en pensiones, en derechos laborales... Empezaremos a hablar otra
vez de diferencia de clases. Las ricas se irán a Londres a un buen hotel y a
una buena clínica y las pobres abortarán sin ningún tipo de seguridad sanitaria
ni legal. Están intentando acogotarnos porque tienen miedo, por eso han hecho
una ley de seguridad ciudadana tan represiva. Lo tienen todo pensado.
P.
¿Cómo definiría el tiempo que lleva gobernando el PP?
R.
Llevan solo dos años, pero representan dos siglos de retraso.
P.
¿Cree que servirá para algo la manifestación?
R. Sí,
estoy convencida de que conseguiremos parar esta locura. Y si no, peor para
ellos, porque le estarán dando la espalda a los ciudadanos. Y ellos se lo
devolverán en las urnas.
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