Consuelo Catalá: La ley de gestación obligatoria de Rajoy
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Consuelo Catalá, EL País
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Consuelo Catalá Pérez formó parte del comité de personas expertas para la ley
de salud sexual y reproductiva e interrupción voluntaria del embarazo de 2010
Estamos
asistiendo a un debate público sobre la contrarreforma del aborto que el
Gobierno de Rajoy acaba de presentar. Titulada como "Ley de protección de
la vida del concebido y del derecho de las mujeres embarazadas", obvia que
los derechos sexuales y reproductivos son una realidad en las agendas políticas
de los Gobiernos democráticos, y que entre ellos se ubica el aborto voluntario.
Un anteproyecto que no tiene nada que ver con el aborto voluntario y sí con el
puro control demográfico de la población, de ahí que no dediquen ni un solo
artículo a garantizar el derecho a la planificación, el acceso a los medios
anticonceptivos así como a su gratuidad.
Los
derechos sexuales y reproductivos se han ido conformando cuando aparece el
descubrimiento científico de la anticoncepción hormonal a mediados del siglo
XX. Un avance, el de la anticoncepción, que para las mujeres significó la
posibilidad real de desvincularse del destino biológico de la reproducción, y
junto al resto de la ciudadanía iniciar el camino de la vivencia de una
sexualidad como lenguaje de relación humana, placentera y gratificante.
La
aparición de la anticoncepción no sólo ha supuesto la posibilidad real de
separar sexualidad de reproducción, sino también poder distinguir entre el
proceso biológico de reproducción y la maternidad, entendiendo ésta ultima como
deseo, decisión libre, y proyecto vital de las mujeres y/o sus parejas.
Fenómeno éste, de la maternidad libre y responsable, inédito también hasta ese
momento en la historia de la humanidad.
La
aparición de la píldora anticonceptiva supuso además el pistoletazo de salida
de otros muchos avances en el campo de la reproducción, de la sexualidad y de
las vivencias de las mujeres y de los hombres; y que han ido conformándose como
derechos de ciudadanía: los derechos sexuales y reproductivos. Y donde también
se inscribe la Interrupción voluntaria del embarazo.
Unos
derechos que parten de la libertad de las personas, y especialmente de las
mujeres, para vivir su sexualidad en consonancia con sus valores y creencias. Y
en donde el Estado debe garantizar las prestaciones de estos derechos en
coordenadas de salud y seguridad.
Dicho
todo esto, y leyendo el anteproyecto presentado por el gobierno de Rajoy, con
las gafas de los derechos sexuales y reproductivos que nuestro país ha suscrito
hasta día de hoy, no me queda más que concluir que estamos ante una ley de
gestación obligatoria, con dos excepciones en las que las mujeres podrán
abortar in extremis si les conceden permiso jueces y médicos.
Nada
que ver con los derechos sexuales ni reproductivos y mucho menos con la
maternidad consciente y responsable.
La ley
de gestación obligatoria de Rajoy contempla a las mujeres como meros recipientes
gestantes, obviando aquello que hace de la maternidad un derecho: el deseo y la
libertad de querer ser madre. Poder elegir.
Una
elección que significa un salto cualitativo en el hecho de traer hijos a este
mundo, ya que supone un vínculo de amor deseado a esos hijos e hijas. Vínculo
que mejor garantiza la salud entendida como bienestar tanto para esos hijos
como para las familias y por tanto para nuestra sociedad.
La ley
de gestación obligatoria de Rajoy, desde el marco de los derechos democráticos,
no es enmendable. Porque parte del supuesto de que las mujeres somos meros
cuerpos reproductivos sin mayores luces, y por eso no tenemos capacidad para
tomar decisiones sobre nuestra salud y nuestra vida, de ahí que en el propio
texto se nos incapacite jurídicamente, eximiéndonos de cualquier
responsabilidad. Y deriva la toma de decisión a los jueces y a los médicos, en
las dos excepciones contempladas.
La ley
de gestación obligatoria de Rajoy, en su criterio antidemocrático de impedir
cualquier resquicio que pudiera suponer el acceso de las mujeres a una
prestación de la IVE, prohíbe incluso la publicidad de los servicios de salud
que la realicen, poniendo aún en mayor riesgo la vida de las mujeres.
Traer
hijos a este mundo sin que medie el deseo, la libertad y el amor, es obligar al
sufrimiento a las mujeres y a sus familias. La ley de gestación obligatoria de
Rajoy es un atentado contra los derechos de las mujeres o lo que es lo mismo
contra los derechos humanos.
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