Mar Esquembre: Un tren para no vivir en China
© Mar Esquembre
Fuente:
http://maresquembre.wordpress.com/2014/01/26/un-tren-para-no-vivir-en-china/
Esta semana que ha
estallado el escándalo del China Leaks me he acordado de Juan Roig, el
presidente de Mercadona, que decía hace casi dos años que sentía gran
admiración por los chinos porque cultivan la cultura del esfuerzo. Toma cultura
del esfuerzo. Siempre se les pide eso a quienes ocupan el más bajo escalón
social.
Pero mentiría si
les dijera que Roig me ha venido a la mente sólo ahora. La verdad es que me
acordaba de él cada vez que Gallardón abría la boca para hablar de la reforma
de la normativa vigente en materia de interrupción voluntaria del embarazo. Y
me acordé mucho más cuando leí el anteproyecto sobre el que se informó en el
Consejo de Ministros del 20 de diciembre pasado. Este anteproyecto, que
pretende derogar la actual ley, lo que realmente establece es la maternidad
obligatoria.
Vamos, como en
China, pero al revés, donde te impiden ser madre. Allí la política del hijo
único establecida a finales de los setenta como medida de control de natalidad
obligó a abortar a muchas mujeres, especialmente si el feto era de sexo
femenino. Esta medida se cambió a finales de 2013, pero sólo para permitir, en
casos determinados, que se puedan tener hasta dos hijos como máximo. Si la ley
se incumple: multa. Y a las que no tengan dinero para pagarla les espera el
aborto obligatorio. Esta crueldad se eleva al extremo en algunos casos, como el
de la joven Feng Jianmei, a la que se le practicó un aborto y se la obligó a
dormir con el feto de siete meses a su lado.
Pues lo mismo
pretende hacer Gallardón (con el consentimiento de Rajoy): obligar a parir, a
llevar a término el embarazo. Pero no obligará a todas; sólo a las que no
puedan pagarse el aborto en otro país. Por eso muchas mujeres (y espero que
también muchos hombres) partiremos desde muchas ciudades de España a Madrid el
1 de febrero para defender nuestra libertad. Queremos que se mantenga la actual
ley (aunque sea muy mejorable) porque nos reconoce, por fin, como sujetos
autónomos durante el embarazo (aunque solo sea por un periodo de 14 semanas).
La vigente ley deja libertad de decisión a las mujeres para continuar o
interrumpir su embarazo, sin obligar a nada. No queremos que se “suavice”, como
se ha dicho, el anteproyecto. No estamos dispuestas a negociar nada porque ello
supondría asumir la pérdida de esa libertad. Si quieren negociar no debería ser
este anteproyecto el punto de partida, ni tampoco la actual ley, sino algo
similar a lo de China: el aborto obligatorio ¿A que les parece una burrada?
Pues eso es el anteproyecto.
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