Diccionario de la Transgresión Feminista: I-J-K

* * * Fuente: "Diccionario de la Transgresión Feminista", primera edición, volumen II, JASS Asociadas por lo Justo.
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Ideología

Ideología es un sistema coherente de creencias que orientan a las personas hacia una manera concreta de entender y valorar el mundo; proporcionan una base para la evaluación de conductas y otros fenómenos sociales; y les sugieren respuestas de comportamiento adecuadas.

Ideología patriarcal

Ideología patriarcal es un sistema de creencias que no sólo explica las relaciones y diferencias entre hombres y mujeres, sino que toma a uno de los sexos como parámetro de lo humano. Basándose en este parámetro, el sistema especifica derechos y responsabilidades, así como restricciones y recompensas diferentes e inevitablemente desiguales en perjuicio del sexo femenino que es entendido como diferente al modelo o paradigma de lo humano que es el sexo masculino. Este sistema de creencias justifica las reacciones negativas ante quienes no se conforman, asegurándose así el mantenimiento del estatus quo.

La ideología patriarcal no sólo construye las diferencias entre hombres y mujeres, sino que las construye de manera que la inferioridad de las mujeres es entendida como biológicamente inherente o natural. Aunque hay alguna diversidad dentro de la ideología patriarcal de manera que podríamos hablar de ideologías patriarcales en plural, en realidad este tipo de ideologías sólo varía en el grado en que legitiman la desventaja femenina y en el número de personas que comparten un consenso sobre ellas.

Las ideologías patriarcales no sólo afectan a las mujeres al ubicarlas en un plano de inferioridad en la mayoría de los ámbitos y ciclos de la vida, sino que restringen y limitan también a los hombres, a pesar de su estatus de privilegio. En efecto, al asignar a las mujeres un conjunto de características, comportamientos y roles “propios de su sexo”, los hombres quedan obligados a prescindir de estos roles, actitudes, comportamientos y características y a tensar al máximo sus diferencias con las mujeres. Como dice Marcela Lagarde, de seguir por esta senda ideológica: "...la dominación patriarcal se agudizará y se ampliará la brecha entre mujeres y hombres, aumentarán la feminización de la pobreza, la marginación de las mujeres, el femicidio (individual o tumultuario). Aumentará también la disputa patriarcal entre los hombres, crecerá la expropiación de millones de ellos realizada por cada vez menos hombres y sus poderosos mecanismos e instituciones, y con el neoliberalismo se agudizarán el machismo y la violencia de unos hombres contra otros. Si no enfrentamos con eficacia y efectividad el sentido patriarcal de la vida, cada año y cada día que pasen, en lugar de aminorar, los sexismos se sumaran a otras formas de dominación nacional, de clase, etnocida. Los sexismos, como hasta ahora, serán atizados y usados como combustible para los neofascismos, la fobia a los extranjeros, a las personas de otras opciones políticas, de otras creencias y prácticas religiosas o mágicas, sexuales, estéticas. La fobia a los otros, a las otras, se reproduce por el fomento de la desidentificación entre personas diferentes. Esta creencia dogmática, refuerza la tesis de que sólo pueden identificarse positivamente, entre sí, las personas y grupos semejantes. La fobia al otro, como sustrato cultural y de la auto identidad llega al extremo cuando el horror, el rechazo y el daño se legitiman y abarcan a cualquiera.”

Igualdad

La Igualdad es un derecho humano y anhelo de la humanidad. La igualdad no se refiere a datos fácticos o cualidades que deben tener todas las personas, sino al idéntico valor que se le debe dar a todas ellas por el sólo hecho de nacer. Es un concepto que ha sido mal entendido como la exigencia de tratar a todo el mundo como si fueran idénticos y por ello muchas mujeres han rechazado este concepto.

Institución patriarcal

Institución patriarcal es aquella practica, relación u organización que a la par de otras instituciones operan como pilares estrechamente ligados entre sí en la transmisión de la desigualdad entre los sexos y en la convalidación de la discriminación entre las mujeres5 pero tienen en común el hecho de que contribuyen al mantenimiento del sistema patriarcal y a la reproducción de los mecanismo de dominación masculina que oprimen a todas las mujeres. Entre estas instituciones están: el lenguaje ginope, la familia patriarcal, la educación androcéntrica, la maternidad forzada, la historia robada, la heterosexualidad obligatoria, las religiones misóginas, el trabajo sexuado, el derecho masculinista, la ciencia monosexual, la violencia de género, etc.

Interseccionalidad

La interseccionalidad es un concepto que nació de las conversaciones que tuvieron las feministas “de color” con las blancas en los años 70s y lo encontramos en muchos escritos feministas tanto de las blancas como de las de color de esa época. Es más, este concepto nos dice que todas las categorías sociales que han servido para discriminar a las mujeres, se dan sentido mutuamente.

La interseccionalidad nos habla de cómo las diferentes formas de discriminación que son social y culturalmente construidas y sostenidas interactúan en múltiples niveles simultáneamente construyendo así el sistema de opresión que las feministas llamamos patriarcado. En el patriarcado, todas las formas de discriminación basadas en la raza o etnia, en la religión, la nacionalidad, la clase socioeconómica, la edad, el estatus migratorio, la mayor o menor discapacidad, la edad, etc. son atravesadas por el género y a su vez lo atraviesan actuando las unas sobre las otras de manera que se crea un sistema de opresión y privilegios que refleja la “intersección” de las múltiples formas de discriminación que experimentamos la mayoría de las mujeres.

Un ejemplo del uso del concepto de interseccionalidad de las diferentes formas de discriminación que experimentamos las mujeres la encontramos en la lucha por la igualdad que han dado las mujeres indígenas o las mujeres discapacitadas por citar sólo dos grupos de mujeres pertenecientes a grupos discriminados por otras razones además de las de género. Si bien estas mujeres nos han enseñado que la desigualdad basada en la raza o la discapacidad es diferente de la basada en el género, también nos han enseñado que estas formas de discriminación no se excluyen mutuamente. De hecho, con demasiada frecuencia se entrecruzan dando lugar a una “intersección”, simultaneidad o maraña de discriminaciones que es bien difícil de desenredar y que es mucho más que la suma de dos discriminaciones. Hasta hace muy poco, la intersección de las discriminaciones basadas en el género y la raza no había sido objeto de consideración detallada por el sistema de derechos humanos de la ONU. Los problemas se categorizaban como manifestación de una de las dos formas de discriminación, pero no como de ambas y mucho menos, como una distinta forma de discriminación creada precisamente por la intersección de dos tipos distintos de discriminación. Con ese enfoque no se lograba analizar el fenómeno en todo su alcance, lo que hacía que los remedios fueran ineficaces o inadecuados. Esta situación está cambiando en la actualidad

Por un lado el Comité de la CEDAW cada vez más se preocupa de las distintas dimensiones de la discriminación de género cuando ésta se cruza con otras discriminaciones y por su lado el Comité sobre la eliminación de todas las formas de discriminación racial también se está preocupando por saber cómo el género afecta la discriminación racial.

Esto es así porque el derecho a disfrutar de los Derechos Humanos sin discriminación alguna, no sólo es uno de los principios fundamentales de los instrumentos jurídicos internacionales en la materia, sino que la prohibición de discriminar no es sólo por las razonesenunciadas en todos los tratados, sino que en todos se prohíbe la discriminación basada en “cualquier condición social”.

Este conjunto de palabras, “o cualquier otra condición social” que encontramos en casi todos los instrumentos de derechos humanos, es de suma importancia porque nos señala que para el derecho internacional de los derechos humanos, esta lista de condiciones no es cerrada sino que está prohibida toda discriminación basada en cualquier condición. Así, aunque en ningún instrumento se establece la prohibición de discriminar por estar HIV positiva, por ejemplo, es obvio que ésta también es una distinción prohibida pues entra dentro del término “cualquier otra condición social”. Lo mismo se puede decir sobre la orientación sexual, el hecho de ser trans, estar en la prostitución o ser zurda, por ejemplo.

Pero trabajar la interseccionalidad de las distintas formas de discriminación no es fácil. Una de las razones de esta dificultad es que esta intersección crea jerarquías que como cualquier jerarquía presupone también privilegios. Por ejemplo, una mujer negra, de clase media, profesional, de nacionalidad estadounidense tiene privilegios de clase y de nacionalidad con respecto a una mujer blanca pero pobre de América Latina. En otras palabras, esta mujer negra experimenta unos privilegios de clase que existen simultáneamente con la discriminación racial que ella padece todos los días de su vida. Una mujer con una discapacidad en Suecia puede tener privilegios de clase y nacionalidad que no goza una mujer africana no discapacitada pero a su vez, una mujer africana profesional y heterosexual puede gozar de privilegios que no gozan una gran cantidad de lesbianas en todo el mundo. Una mujer joven de Malasia puede tener privilegios que no goza una mujer vieja y pobre de Francia. Y así ad infinitum. Una ama de casa del Golfo, puede tener muy limitada su libertad de transitar libremente por su ciudad pero tiene privilegios económicos que nunca verá una empleada doméstica de Filipinas.


La interseccionalidad también es delicada porque si no la trabajamos con mucho cuidado, existe la posibilidad de que creamos que no existe la discriminación contra las mujeres por ser mujeres. Esto es muy peligroso porque así como no se puede eliminar el sexismo que experimentan muchas mujeres, sin simultáneamente eliminar otras formas de opresión y discriminación, porque estas no se dan por etapas ni independientemente las unas de las otras, tampoco se puede eliminar el racismo, la homofobia, el etarismo que sufrimos la mayoría de las mujeres sin eliminar simultáneamente el sexismo. Recordemos que el sexismo no lo padecen sólo las mujeres blancas, esposas del paradigma humano. El sexismo es la creencia que TODAS las mujeres valemos menos y es por ello que el concepto de interseccionalidad lleva implícito el reconocimiento del sexismo como una forma de discriminación contra todas y cada una de las mujeres que habitamos este planeta. No es priorizando el racismo o la islamofobia que vamos a lograr que una mujer musulmana deje de ser discriminada. Muchas veces, con tal de no reforzar el racismo, las mismas feministas trivializamos el sexismo que padecen muchas mujeres pertenecientes a grupos étnicos discriminados.

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