Diccionario de la Transgresión Feminista: S-T-U-V-W-X-Y-Z
* * * Fuente:
"Diccionario de la Transgresión Feminista", primera edición, volumen
II, JASS Asociadas por lo Justo.
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Sexismo
Sexismo
es la creencia de que el sexo masculino es superior al femenino, creencia que
ha redundado en la práctica de dominación, discriminación y/u opresión de todas
las mujeres. Esta creencia no siempre es explícita sino que es mantenida y
apoyada por una infinidad de creencias, prácticas, acciones, valores,
actitudes, etc. que se expresan en el lenguaje, las representaciones mediáticas,
los estereotipos, las creencias religiosas, las creencias sobre la maternidad,
etc. y que hacen que esa dominación sea aceptable en nuestras sociedades. El
sexismo es experimentado de diferentes maneras por diferentes mujeres
dependiendo de su posición social, su etnia o raza, su diversidad funcional, su
orientación sexual, su nacionalidad, su cultura o religión, su edad, etc. lo
cual lo hace más difícil de erradicar.
Sexualidad
La
sexualidad como tal no existe en el patriarcado porque al basarse éste en la
represión de la sexualidad femenina, no ha podido dar un modelo de sexualidad
como tal sino de actos sexuales determinados centrados en el pene y cuya
finalidad es la eyaculación.
Soberanía
alimentaria
Es un
término que muchas feministas usan indistintamente con el de seguridad alimentaria.
Esto es incorrecto porque la soberanía alimentaria va mucho más allá de la
seguridad alimentaria, pero el cartel de transnacionales en la distribución de
alimentos no permite que e término soberanía alimentaria se mencione a nivel
institucional.
La
seguridad alimentaria significa que todo ser humano debe tener la certeza de
contar con el alimento suficiente cada día. Pero el concepto no dice nada con
respecto a la procedencia del alimento o la forma en que se produce. Por eso la
soberanía alimentaria plantea un marco para la gobernanza de las políticas
agrícolas y alimentarias que incorpora una amplia serie de temas, tales como la
reforma agraria, el control del territorio, los mercados locales, la
biodiversidad, la autonomía, la cooperación, la deuda, la salud, y otros
relacionados con la capacidad de producir alimentos localmente. Abarca
políticas referidas no sólo a localizar el control de la producción y de los
mercados, sino también a promover el derecho humano a la alimentación, el
derecho humano al agua, el acceso y el control de los pueblos a la tierra y
bienes genéticos, y a la promoción de un uso amigable con la naturaleza de la
producción.
La
soberanía alimentaria incluye un comercio internacional justo por lo que no
está en contra de los intercambios como dicen los adversarios de este concepto,
sino de la prioridad dada a las exportaciones: permite garantizar a los pueblos
la seguridad alimentaria, a la vez que intercambian con otras regiones unas producciones
específicas que constituyen la diversidad del planeta.
El
concepto fue desarrollado por Vía Campesina y llevado al debate público con
ocasión de la Cumbre Mundial de la Alimentación en 1996. Ofrece una alternativa
a las políticas neoliberales que han aumentado el hambre en el mundo. Desde
entonces, dicho concepto se ha convertido en un tema mayor del debate agrario
internacional, inclusive en el seno de las instancias de las Naciones Unidas.
Fue el tema principal del foro ONG paralelo a la cumbre mundial de la
alimentación de la FAO de junio del 2002.
En
febrero de 2007 tuvo lugar el Foro por la Soberanía Alimentaria en Nyeleni
(Kenya) organizado por La Vía Campesina y la Marcha Mundial de Mujeres. En ese
foro se enfatizaron también los vínculos entre el movimiento por la soberanía
alimentaria y el movimiento feminista, debido al papel central que juegan las
mujeres en el mundo en casi todos los temas relacionados con la alimentación,
tanto como campesinas como consumidoras. Como es sabido, el derecho a la alimentación
tiene una dimensión social pero también individual y por ello la soberanía
alimentaria propone que las transformaciones necesarias también deben aplicarse
al interior de las familias donde la comida no está bien distribuida. El menor
valor que las sociedades y comunidades patriarcales les otorgan a las niñas y
las mujeres resulta en que ellas comen menos o comen las peores partes.
En
cuanto a la reforma agraria, la soberanía alimentaria también propone que las
mujeres rurales tengan un mayor acceso a la tierra debido a que si bien en todo
el mundo la tierra está muy concentrada y por ende los hombres tampoco tienen
un acceso justo a la misma, las mujeres tienen aún menor acceso a ella a
vecesdebido a leyes discriminatorias pero la mayoría de las veces debido a
costumbres patriarcales. Incluso si las mujeres son legalmente copropietarias,
muchas veces ellas no pueden decidir sobre cómo usar la tierra, qué plantar o
criar. Debido a lo anterior y a muchas otras formas de discriminación que
sufren las mujeres en relación al derecho a la alimentación y la tenencia de la
tierra, la soberanía alimentaria plantea que la Reforma Agraria debe tomar en
cuenta esta desigualdad.
Solidaridad
La solidaridad
es otro valor que ha sido tergiversado por las religiones dominantes en el
sentido de que se le asocia a la caridad, a la protección de las personas más
vulnerables o a proyectos de ayuda al desarrollo, pero en JASS la entendemos
como ese sentimiento de unidad basado en metas o intereses comunes y de colaboración
cooperativa. Se refiere a los lazos sociales que unen a las y los miembros de
una sociedad entre sí. Es la virtud cívica más social porque se basa en el reconocimiento
del otro u otra como un o una legítima otra en la convivencia en este planeta.
La
solidaridad entre varones de distintas clases y etnias tiene una larga historia
mientras que la solidaridad entre mujeres se ha presentado hasta ahora como
ayuda mutua en circunstancias especiales o dificultosas de la vida personal o
colectiva de las mujeres. Es decir, las mujeres, a través de la historia hemos
logrado apoyarnos en ocasión de una enfermedad o un parto o una crisis pero no
hemos hecho un pacto de sororidad entre nosotras que nos ayude a todas a salir
de la opresión de género a pesar de compartir tantas formas de discriminación y
violencia contra nosotras.
Los
derechos de solidaridad o también llamados derechos de los pueblos hasta ahora
están consolidándose. Se llaman así porque son derechos que optimizan el buen
vivir de todas las personas. Según la clasificación de los derechos humanos en generaciones,
se los denomina como derechos de la tercera generación. Son caracterizados
porque para ser conseguidos o protegidos se debe contar con la participación
solidaria de todas las personas y de todas las entidades públicas y privadas
del mundo.
Sororidad
Sororidad
es la hermandad entre mujeres que se da a través de un pacto político/feminista
en el que cada mujer le reconoce a todas las otras su autoridad y todas nos reconocemos
como interlocutoras y como igualmente diferentes. Está basado en el principio
de la equivalencia humana que incluye el principio de reciprocidad de las diferencias
humanas. El reconocimiento de la idéntica valía y recíproca diferencia implica
no sólo estar dispuestas a compartir conocimientos, recursos, tareas, acciones,
etc. sino también estar dispuestas a reconocer nuestras respectivas
experticias, habilidades, éxitos, etc.
Transgresión
feminista
Transgresión
feminista es una acción o conjunto de acciones individuales o colectivas que
van contra las normas y costumbres impuestas a las mujeres por el patriarcado
capitalista y que tienen el objeto de erradicar permanentemente todas las
formas de opresión.
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