Los inicios de la lucha por la liberación de gays y lesbianas: las dos estrategias de lucha
* * * Fuente: http://www.enlucha.org/site/?q=node/264#oscura
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copiado tal cual del folleto "La lucha por la liberación gay y lesbiana"
de Marçal Solé y Paso Gredilla
Dos han
sido las estrategias básicas utilizadas para la liberación gay. Una es la
reformista, que defendió y sigue defendiendo la idea de ir transformando el
capitalismo hasta que, algún día en el futuro, la opresión gay desaparezca. La
otra es la estrategia revolucionaria, que reconoce que la opresión gay es
intrínseca al capitalismo y, como consecuencia, lucha por una revolución que
ponga fin al sistema. Ambas estrategias fueron puestas en contraste al comienzo
de este siglo por los acontecimientos políticos en dos países: Alemania y
Rusia.
Alemania: La estrategia reformista
"La
democracia burguesa es la democracia de las frases pomposas, de la palabrería
solemne, de las promesas rimbombantes, de las consignas grandilocuentes de
"libertad" e "igualdad", pero, en la práctica, todo eso
oculta la falta de libertad y la desigualdad de la mujer, la falta de libertad
y la desigualdad de los trabajadores y de los explotados. La democracia
socialista rechaza las palabras pomposas, pero falsas, declara una guerra sin
cuartel a la hipocresía de los "demócratas", de los terratenientes,
de los capitalistas o de los campesinos hartos, que se lucran vendiendo a los
trabajadores hambrientos los excedentes a precios de especulación." - Lenin,
La emancipación de la mujer
La
mayoría de los movimientos que aparecieron en relación con la liberación gay
partieron de la idea reformista de que, para acabar con la opresión gay, la
sociedad precisaba ser educada para aceptar la homosexualidad, reduciendo así
el problema de la homofobia a una cuestión de ignorancia o de un pensamiento no
científico.
La
corriente reformista, que convivió dentro del partido socialdemócrata alemán
con la revolucionaria, a la que se acabó imponiendo, defendió la evolución
gradual del capitalismo al socialismo mediante la reforma del primero y a
través de la política parlamentaria. La mayoría de sus diputados, dirigentes
sindicales y organizadores intentaron, siguiendo esta estrategia y sustituyendo
la acción de la clase trabajadora, tomar las riendas del capitalismo para
"guiar" a la sociedad hacia el socialismo.
Por lo
que respecta a la lucha contra la opresión sexual, el Partido Socialdemócrata
se convirtió, aunque con muchas contradicciones, en su catalizador y acabó
siendo el centro de la política contra la represión sexual en Alemania. Si
bien, por un lado, lucharon con fuerza en defensa de los derechos de los
homosexuales, no mostraron una actitud decidida a la hora de explicar y de
atacar la raíz histórica de la opresión, la familia. Lejos de esto, el SPD
defendía la idea de 'familia respetable' de clase trabajadora, siguiendo el
modelo impuesto por el capitalismo. La mayoría de la dirección socialdemócrata
se negó a admitir que la opresión de la homosexualidad era y es intrínseca al
propio sistema capitalista y que sólo destruyéndolo se puede construir una
nueva sociedad socialista, en la cual los roles sexuales y las diferencias
entre homosexualidad y heterosexualidad perderían su significado social.
El
primer caso en el que intervinieron destacados miembros de la socialdemocracia
se remonta a 1860, es decir, una generación antes de la aparición del primer
movimiento gay. Tuvo relación con el proceso contra el abogado J. B.
Schweitzer, a quien se juzgó y condenó a ser apartado de su profesión por su
actividad homosexual en Manheim. En todo momento, éste recibió el apoyo
incondicional de Ferdinand Lassalle, que le animó a organizarse junto a él en
la Organización Mundial de Trabajadores Alemanes. Lassalle argumentó su
defensa, rechazando las actitudes de muchos de sus compañeros que no veían
correcta su propuesta, con las palabras siguientes: " Lo que Schweitzer ha
hecho no es encomiable, pero difícilmente podría decir que lo considero un
crimen. De todos modos, no podemos permitirnos perder a una persona fenomenal,
con las habilidades de Schweitzer. A fin de cuentas la actividad sexual es una
cuestión de gustos y debería ser de la incumbencia de cada cual, siempre que no
afecte a los intereses ajenos." Desafortunadamente, añadió: "Aunque
también reconozco que no daría a mi hija en matrimonio a un hombre así".
A la
muerte de Lassalle, su sucesor en la presidencia de la Organización Mundial de
los Trabajadores Alemanes fue el propio Schweitzer, que impresionó a los
militantes de esta organización con sus cualidades de liderazgo. Más adelante,
Schweitzer fue elegido representante en el Reichstag, parlamento alemán.
A
finales de 1860, en la legislación de Prusia se calificó de delito cualquier
relación sexual entre hombres. Más adelante, esta cláusula pasó al código penal
alemán convertida en el famoso Párrafo 175.
A
partir de 1867, una vez lanzada la campaña para la abolición del artículo 175,
el Partido Socialdemócrata jugó un papel destacado en ella. Agusto Bebel
realizó una propuesta en el Reichstag para que la ley fuera revocada.
En 1869
un médico de origen húngaro llamado Benkert envió, práctica que veremos
repetirse en el futuro, una carta al ministro de justicia alemán en contra de
esta ley, en la que decía claramente que el Estado no tenía porqué meter las
narices en los dormitorios de los ciudadanos, y que ser homosexual no era ni
despreciable ni una vergüenza, sino todo lo contrario. Para designar la actitud
con la que los homosexuales debían enfrentarse a la sociedad utiliza la
expresión 'orgullo homosexual', una actitud que será recogida por las
generaciones posteriores y convertida en bandera de sus reivindicaciones.
Benkert
utilizó por primera vez el término homosexual para designar las relaciones
entre personas del mismo sexo. Dedicó gran parte de su lucha personal a
explicar que la moral heterosexual no se encontraba amenazada por la
homosexualidad, tal como se argumentaba entonces. Defendió que ésta era algo
natural, por tanto no había peligro de propagación de las prácticas
homosexuales entre los heterosexuales.
Durante
la década de los 60 del s. XIX hubo intentos de hacer un análisis científico
para dar una explicación racional al hecho homosexual. Los primeros análisis
sobre la cuestión fueron realizados por Karl Heinrich Ulrichs, quien acuñó el
término "uranismo" para designar la homosexualidad. Estableció la
teoría de que los homosexuales constituyen un 'tercer sexo' (una mente de mujer
atrapada en un cuerpo de hombre en el caso de los hombres gays y viceversa para
las mujeres lesbianas).
Creía
que la clave para la liberación gay era probar que los homosexuales eran
biológicamente diferentes a los heterosexuales, y que ésta sería una
justificación para terminar con cualquier violencia y discriminación.
Pero no
fue hasta 1897 cuando apareció la primera organización en pro de los derechos
de los gays que no sólo basaba sus actividades en el estudio de la cuestión
homosexual, sino que también trataba de luchar contra la opresión y buscar
soluciones prácticas. Esta organización recibió el nombre de Comité Científico
Humanitario y su líder y fundador fue Magnus Hirschfeld.
El
Comité, aparte de publicar un anuario y diversos boletines informativos, redactó
sus líneas de acción que se resumen en tres puntos básicos: (1) ganarse a los
cuerpos legislativos para que apoyen la petición de abolir el párrafo
anti-homosexual, (2) dar una explicación científica sobre la homosexualidad y
sacarla a la luz pública e (3) interesar a los propios homosexuales en la lucha
en favor de sus derechos.
Utilizando
como punto de partida a Ulrichs y su teoría del uranismo, Hirschfeld reunió
datos de más de 10.000 homosexuales que utilizó para construir un prototipo de
lo que él creía que eran un hombre y una mujer homosexuales. Describió estas
supuestas diferencias biológicas porque esperaba poder demostrar que los
homosexuales eran una variante humana natural, que habían sido hechos de esta
manera por la naturaleza. Sus actos sexuales, por tanto, no podían ser delito.
No
todos los miembros del Comité compartían la teoría de Hirschfeld. En 1907 se
produjo una escisión liderada por Benedict Friedländer quien rechazó la teoría
del tercer sexo por ser "degradante... y una humillante súplica de
simpatía".
La
actividad principal, que el Comité llevó a cabo durante casi toda su
existencia, fue la campaña para la abolición del párrafo 175, mediante la
presión institucional, para lo que hicieron una recogida de firmas, en círculos
influyentes, en la que pedían el apoyo de personalidades políticas, del mundo
del espectáculo y de las artes, científicos, médicos, etc., en contra del
citado párrafo. Aunque en 1905 se habían recogido más de 5.000 firmas, el
parlamento alemán se negó incluso a discutir la abolición del párrafo. El
Partido Socialdemócrata era el único grupo político que apoyaba el cambio.
Entre las miles de firmas que el Comité Humanitario de Hirschfeld consiguió,
estaban las de los máximos dirigentes de ese partido, Eduard Bernstein, Karl
Kautsky y Käthe Köllwitz.
Otra
muestra del apoyo que los socialdemócratas dieron a la causa homosexual fue la
solidaridad que se mantuvo con Oscar Wilde ante su condena por homosexualidad.
En general, la prensa europea trató todo el asunto con un tono irónico y
sarcástico. La prensa del Partido Socialdemócrata alemán, en contraposición a
la prensa burguesa, defendió a Wilde. Los principales dirigentes del partido
escribieron en defensa de Wilde, pero, desgraciadamente, no pudieron evitar la
condena. Wilde, a su vez, escribió un largo ensayo titulado El alma del hombre
bajo el socialismo , donde previó las oportunidades que el socialismo podía
brindar a la cultura humana y a su liberación.
Tras la
derrota de la petición para abolir el párrafo 175 en el parlamento alemán, en
lugar de buscar el apoyo de la clase trabajadora, muy bien organizada en este
momento, los activistas del Comité se aislaron en una campaña de 'outing',
iniciando una auténtica caza de brujas de personalidades y políticos gays.
Temorosos de que sus carreras se vieran afectadas, los homosexuales de clase
alta y de la derecha, principales donantes de fondos, retiraron su apoyo al
Comité.
El
Comité no sólo no consiguió la abolición de la legislación antihomosexual, sino
que a finales de 1910 se introdujo un nuevo borrador del código penal que hacía
extensible del párrafo 175 a los actos sexuales entre mujeres. Magnus
Hirschfeld argumentó que " con ello no se elimina una desigualdad, sino
que más bien se dobla una injusticia. Se abren de par en par las puertas a
delatores y chantajistas, y las mujeres trabajadoras solteras que comparten su
vivienda con otras mujeres trabajadoras serán abrumadas del modo más
vergonzoso, sin que, a cambio, se proteja ninguno de sus intereses".
Este
hecho tuvo su parte positiva, ya que dio una nueva dimensión a la lucha. Las
organizaciones feministas empezaron a discutir el modo de combatir la enmienda
propuesta y cómo coordinar las luchas de las mujeres con las otras y, en
especial, con la de los homosexuales.
Ya en
1904, en la reunión anual del Comité, se había producido un ejemplo de
coordinación de éste con las mujeres organizadas en el movimiento feminista. A
ella asistió la feminista lesbiana Ana Rühling que, en su ponencia, arremetió
contra las feministas y mujeres que durante mucho tiempo habían alejado sus
reivindicaciones de las de los homosexuales, y reclamó una verdadera unidad
entre las dos luchas, ya que pensaba que sin una, la otra no tendría la fuerza
suficiente.
En 1918
los trabajadores alemanes derrocaron a la monarquía, establecieron una
república y comenzaron a tomar el poder en sus manos. Por primera vez en la
historia hubo un gobierno socialdemócrata. Los trabajadores pusieron grandes
esperanzas, en un principio, en lo que consideraron "su" gobierno.
Decepcionados
los trabajadores alemanes con el gobierno socialdemócrata, que se mostró
incapaz de satisfacer sus demandas, el nivel de lucha alcanzó una fuerza
enorme. Esto se reflejó en todos los aspectos de la vida. Hirschfeld prestó su
apoyo para convocar el Congreso de la Liga Mundial para la Reforma Sexual, en
el que se pusieron las leyes soviéticas como un ejemplo para todo el mundo. El
partido comunista alemán defendió la total igualdad para gays y lesbianas.
Pero, a
pesar del apoyo obtenido desde las organizaciones de los trabajadores, en
contraste con la intransigencia del parlamento alemán, Hirschfeld y su Comité
siguieron obstinados en la vía institucional. En lugar de intentar fortalecer
sus lazos con las luchas de los trabajadores, que les ofrecían la oportunidad
de devolver la cuestión de los derechos gays y lesbianas al mapa político, el
creciente movimiento gay alemán se basó otra vez en la convicción de que
"la liberación de los homosexuales puede únicamente ser obra de los
propios homosexuales".
En
1920, Hirschfeld fue apaleado, en 1921 sufrió una fractura de cráneo y en 1923
recibió un disparo durante una conferencia. A pesar de esto, continuó luchando
por los derechos de los homosexuales hasta su muerte en 1935. Sin embargo, en
todos sus años de campañas nunca consiguió el objetivo de obtener la reforma de
las leyes y, menos aún, una mayor libertad para la gente gay. Erróneamente,
actuó basándose en la convicción de que la argumentación racional y el
conocimiento científico por sí solos, como confirma su eslogan " a la
justicia por la ciencia" , podían cambiar las leyes y conseguir la
liberación gay.
Cuando
se produjo el ascenso de los nazis en los años 30, Hirschfeld y su Comité,
decididos a seguir con su neutralidad política, se negaron a condenarlos. En
lugar de esto, firmaron una declaración en la que se decía: "urgimos a
nuestros afiliados que también militan en el partido nazi a que llamen al orden
con firmeza a sus delegados". El resultado trágico de esta política fue
que ellos y otros gays quedaron totalmente indefensos frente a la barbarie
fascista que estaba a punto de llegar.
El
intento, por parte de los socialdemócratas, de conducir el capitalismo,
mediante reformas institucionales, hacia el socialismo, significó en la
práctica todo lo contrario. Es decir, significó la conducción de los líderes
socialdemócratas hacia las reglas y la dinámica capitalista. Los más
perjudicados aparte del movimiento obrero internacional, fueron, evidentemente,
todos aquellos que lucharon para acabar con las desigualdades y opresiones del
sistema capitalista.
Los
socialdemócratas acabaron con el espíritu revolucionario, convirtiéndose así en
defensores del viejo orden capitalista. Revolucionarios como Rosa Luxemburg y
Karl Liebknecht se encontraron aislados y más tarde eliminados por orden del
propio partido socialdemócrata. A partir de entonces, se dijo adiós a la
posibilidad de una revolución en Alemania y a su extensión a un nivel más
general.
Rusia: La alternativa revolucionaria
De las
cenizas de la II Internacional y de la revolución rusa, nació la III
Internacional. El Partido Socialdemócrata, desacreditado por su papel en la I
Guerra Mundial, ya no era el centro del movimiento socialista. La victoria de
la revolución de octubre se convirtió en la fuente de inspiración y dirección
para los revolucionarios y trabajadores de otros países que se rebelaban contra
el viejo orden. La historia de la política sexual seguía siendo parte de la
historia de la izquierda y ésta estaba ligada al destino de la revolución. La
revolución bolchevique dio buena muestra de eso.
Los
bolcheviques acabaron con todas las leyes en contra de la homosexualidad en
diciembre de 1917, dos meses después de la Revolución de octubre. Al igual que
otras acciones destinadas a extender la revolución sexual, esta decisión fue
tomada como parte integrante de las actividades del nuevo sistema y de la
revolución social. Además de eso, se legalizó el aborto y se hizo libre y
gratuito, se garantizó el divorcio, y las viejas leyes que regulaban el
matrimonio y la mayoría de edad fueron abolidas. En dos meses, los bolcheviques
consiguieron más que lo que décadas de reformas liberales hicieron en otros
países.
Pero
los bolcheviques no sólo pueden ser juzgados por sus palabras. Junto a las
nuevas leyes se hizo un esfuerzo consciente para crear alternativas reales a la
familia, para así destruir la base material de la opresión de la mujer y de los
homosexuales. Se establecieron comedores, lavanderías y guarderías populares,
para posibilitar que las mujeres escaparan de las tareas domésticas. Todos esos
cambios ocurrieron en un país atrasado y destrozado por la guerra, y estos
siempre estuvieron limitados por la pobreza de Rusia, del mismo modo que lo
estuvo también la propia revolución. Pero con todos esos factores en contra, la
revolución rusa mostró con su práctica cómo una sociedad socialista podía
comenzar a erradicar las raíces de la opresión sexual.
El
punto de vista de los bolcheviques se hallaba reflejada en un panfleto escrito
por el doctor Grigorii Batkis, director del Instituto moscovita de Higiene
Social, titulado la Revolución sexual en Rusia. En él, el doctor Batkis
exponía: " La actual legislación sexual de la Unión Soviética es obra de
la Revolución de octubre. Esta revolución es importante no sólo como fenómeno
político que garantiza el gobierno político de la clase trabajadora, sino
también por las revoluciones, que emanando de ella, llegan a todos los sectores
de la vida (...) La legislación soviética declara la absoluta no interferencia
del Estado y la sociedad en las cuestiones sexuales, mientras nadie sufra daños
físicos ni se perjudiquen sus intereses. Respecto a la homosexualidad, sodomía
y otras formas de placer sexual, que en la legislación europea son calificadas
de ofensas a la moralidad, la legislación soviética las considera exactamente
igual que lo que se conoce como relación 'natural'" .
Delegados
soviéticos fueron enviados a los Congresos Internacionales de la Liga Mundial
para la Reforma Sexual. En ellos explicaron sus logros, al mismo tiempo que
hicieron un importante trabajo de apoyo y ayuda en las campañas que tenían
lugar en diferentes países, a favor de los derechos de los homosexuales. Las
tesis científicas de Magnus Hirschfield y, en menor medida, las de Freud
sirvieron, en un principio, de base para el extenso tratamiento de la
homosexualidad que figuraba en la primera edición de la Gran Enciclopedia
Soviética. En ella, se advertía que " en los países capitalistas avanzados,
la lucha por la liberación de estas leyes hipócritas se halla en plena
ebullición ...".
La
práctica de los comunistas de los años 20 contrastaba con la del Partido
Socialdemócrata y la de algunos personajes progresistas del período anterior.
Su meta no se limitaba a la aceptación de la homosexualidad, sino a cambiar la
sociedad para vaciar la palabra homosexual de cualquier connotación negativa.
Los gays y lesbianas en Rusia no tuvieron que mendigar su libertad a los
gobernantes; simplemente se unieron en las luchas con los demás trabajadores y
la tomaron por sí mismos. La revolución buscaba barrer, en palabras de Marx,
«toda la basura del capitalismo» y acabar con la base de la opresión sexual: la
familia.
Pero,
si fue en Rusia donde la revolución se inició, era en Alemania donde se decidía
su éxito o fracaso. El fracaso de la revolución alemana, desde 1919 hasta el
ascenso de Hitler en 1933, fue el telón de fondo para el aislamiento y la
derrota de la revolución rusa. Aislada y acosada por la guerra civil y los
ejércitos invasores, la clase trabajadora rusa fue, literalmente, destruida
como clase. Ya en los años 20, los bolcheviques se vieron obligados a actuar en
nombre de una clase trabajadora que se desintegraba. A finales de la década de
los 20, el proceso de degeneración llevó a la derrota definitiva de la
Revolución de octubre. La victoria de Stalin, a su vez, supuso una derrota
aplastante para la tradición socialista en la lucha por la liberación sexual.
Una de
las principales causas de la victoria de Stalin, fue el fracaso de la
revolución alemana.
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