Desaparecidos en Bolivia: Lourdes Kolla Cuenca

* * copiado tal cual del informe "No me borren de la historia. Verdad, justicia y reparación en Bolivia (1964-1982)" de Amnistía Internacional

En marzo de 1972, durante el régimen militar de Hugo Banzer, Lourdes Kolla fue detenida en su casa cuando tenía 23 años y estudiaba arquitectura. Los militares la buscaban por sus presuntos vínculos con el Ejército de Liberación Nacional (ELN). “Derribaron puertas, buscaban armas, mi familia estaba asombrada porque no sabían a quién buscaban o por qué me buscaban […]. No sólo me detuvieron a mí, sino también a mi hermana menor Marcela y días más tarde detuvieron a mi padre, a mi hermana mayor Rosario y a mi hermano Franklin de 16 años, como forma de amedrentarme. Ya en el Ministerio del Interior me interrogaron a fuerza de golpes y como no lograron que confesara lo que a ellos les interesaba me llevaron a una casa que utilizaba el ministerio como cárcel. Generalmente los viernes llegaban [a la casa de seguridad] agentes del Ministerio del Interior de civiles y era para golpearte, desnudarte […] eso era su rutina.”

Tras permanecer tres meses incomunicada, Lourdes fue posteriormente trasladada a Achocalla, una cárcel de mujeres. “En la noche nos sacaban a algunas presas con los ojos vendados, nos hacían dar vueltas y a veces nos llevaban al Ministerio del Interior a declarar de nuevo con el fin de obtener más información sobre compañeros que se encontraban en la clandestinidad y luego nos llevaban de regreso a la cárcel que quedaba fuera de la ciudad de La Paz. Era otra forma de tortura psicológica que usaban […] cuando escuchábamos llegar en plena noche a los vehículos del ministerio y decir los nombres de las presas que debían alistarse para salir, pensábamos que nos sacaban para matarnos […] o que nos darían la ley de fuga como hicieron con muchos de los compañeros y que hoy continúan desaparecidos. Estuve un año presa y nunca me dieron la oportunidad de tener un abogado y menos lograr un juicio justo […]. Estuve detenida, junto a más de doscientas mujeres, por el hecho de querer un país libre de opresores, por pensar que merecíamos una sociedad con justicia para todos y que un mundo mejor era posible.” Lourdes salió en libertad en marzo de 1973 gracias —dice— a la perseverancia de su madre y se exilió en Argentina donde terminó los estudios. No pudo regresar a Bolivia hasta 1982, con la vuelta a la democracia. "Cuando retorné era como si yo no existiera, se me cerraron todas las puertas, era exiliada en mi propio país”.


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