Lesbofobia en Oregón 3

Los dueños de la pastelería lesbófoba en Oregón siguen metiendo la pata hasta el corvejón. El año pasado se negaron a hacer un pastel para una boda lésbica, las novias los denunciaron, el estado de Oregón les abrió una investigación por discriminación y dos semanas antes de Navidades anunciaron que habían cerrado la pastelería aunque seguirían vendiendo pasteles y tartas desde su casa. Ahora se pasean por las cadena de televisión y redacciones de periódicos que quieren escucharlos lloriqueando porque se enfrentan a una multa de $150,000 por discriminación y no entienden que el gobierno se meta en si venden o no venden pasteles a una gente u otra. Vaya, que lo de vivir en sociedad con unas normas y unas leyes anti-discriminación que hay que respetar no van con ellos.


Melissa Klein ha dicho que ella no es LGBTfoba, que si estuviera con las novias querría preguntarles sobre el día de su boda, qué se pusieron, cómo se maquillaron, qué comieron, etc. pero lo están pasando muy mal porque no tienen la tienda, no pueden hacer negocios con otros proveedores de bodas en la zona (restaurantes, tiendas de flores, etc.) porque los negocios están siendo acosados para que les hagan boicot… Vamos, que sigue en Babia, que la experiencia no le ha hecho darse cuenta de que ser tan neandertal, de que suba el pan cada vez que ella o el marido abren la boca, es precisamente lo que hace que nadie quiera hacer negocio con ellos para que no les salpique la mierda. Porque, además de LGBTfobos, son tan tontos que ellos mismos han puesto en bandeja que les denuncien por discriminación y les metan un buen paquete: antes de cerrar la página de la pastelería se dedicaron a contar en FB que no era la primera pareja LGBT a la que no le hacían un pastel, que en el pasado otras parejas LGBT los habían entendido y se habían ido a otra pastelería sin protestarles. Toma Moreno. 

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