La supresión de las lesbianas

* * traducción súper libre de un artículo de Alix Dobkin y Sally Tatnall que puedes leer aquí: http://genderidentitywatch.com/the-erasure-of-lesbians/.

A finales del siglo pasado el encuentro entre la fuerza historia de la conciencia feminista y el monstruo primigenio de la atracción lesbiana alimentó la explosión de la segunda ola feminista. Estas fuerzas invisibles desataron y alimentaron nuestra declaración de guerra contra el patriarcado.

Como nunca nos prestaron atención, el patriarcado no se enteró cuando se produjo ese encuentro fatídico en el que por primera vez las lesbianas, el "ejército de amantes que no se puede dejar ", reclamamos nuestra identidad en voz alta, con orgullo y sin pudor.

El movimiento de liberación de la mujer era lo que las lesbianas necesitaban para crear un hueco propio. Las sesiones de despertar de la conciencia revelaron las estructuras opresivas a las que se enfrentaban todas las mujeres. Las feministas reconocieron y le pusieron nombre al patriarcado, la ley de los hombres, como creador de la jerarquía que determinaría los valores sociales. Por primera vez, todos estos movimientos se unieron. En palabras de Audre Lorde "no hay jerarquía de la opresión".

Las lesbianas fueron líderes en la creación de la cultura y teoría feminista, tiendas de libros feministas, centros de atención a víctimas de violación, casas de acogida para mujeres maltratadas, clínicas de planificación familiar e interrupción voluntaria del embarazo y el acceso a mujeres sordas a reuniones y lugares de ocio. Se formaron grupos de mujeres terratenientes, las mujeres desafiaron las religiones creadas por el hombre, las mujeres se convirtieron en médicos, abogadas y políticas. Muchas de estas mujeres eran lesbianas. Desafortunadamente las mujeres heterosexuales fueron acusadas de ser lesbianas y como resultado surgió la presión para eliminar a las lesbianas del movimiento feminista. Sin embargo, las lesbianas han continuado involucradas en la causa feminista. Teníamos la energía, la teoría, la inteligencia y la pasión por la liberación de la mujer. Después la liberación de la mujer se convirtió en un insulto.

Viendo el éxito de la segunda ola del movimiento feminista, la universidad se involucró para limitar la pasión que se había desatado. En muchas universidades norteamericanas se crearon departamentos de estudios de la mujer para atraer a mujeres contagiadas por el movimiento de liberación. Sin embargo el mundo académico no estaba interesado en una liberación verdadera, sino simplemente en ganar dinero con los cursos. Usaron los textos más liberales, olvidándose convenientemente de los textos y las ideas que podrían incitar a la acción. El pensamiento radical feminista no puede existir en una institución patriarcal. La rabia de las mujeres fue contenida. El análisis del patriarcado fue rebajado.

No pasó mucho tiempo antes de que la idea de un curso exclusivamente para mujeres fuese cuestionada. El resultado fue abrir estos estudios a otras personas "en los márgenes" para seguir ganando dinero a su costa. Así nacieron los estudios Queer. También clases sobre autores marginales que tenían algo que decir. La mayor parte de las universidades empezaron a inventarse títulos para poder enseñar estudios de la mujer como forma de ganar dinero, pero pocas activistas nacieron o surgieron de esos cursos. La rabia de las mujeres había sido una vez más contenida.

Los hombres que no eran parte de estas personas "en los márgenes" empezaron a protestar porque sus problemas no se estaban estudiando. Nacieron así los estudios de género, el último clavo en el ataúd de los estudios de la mujer como categoría aparte. Ahora el estudiantado estaba más preocupado por la variedad de sexos a su alcance. Quién pertenecía a qué grupo se discutía a fondo y se empezó a difuminar cada grupo. ¿Quiénes eran mujeres?  ¿quiénes eran hombres? El sexo se convirtió en una opción. De alguna forma la conexión con lo que el patriarcado te dice que debes ser desapareció. Las exigencias del patriarcado en cuanto a tu aspecto, la forma en la que te presentas o a quien debes amar también desaparecieron. La lucha contra el patriarcado desapareció. Surgió la lucha contra las mujeres.

Antes de que nos diéramos cuenta, l@s deconstructionist@s postmodern@s empezaron a desmenuzar el sentido de la propia "identidad" en especial en lo referente a las mujeres y a las estructuras de poder que nos mantenían en un papel sumiso. Nuestra identidad lésbica de repente se convirtió en algo subjetivo, "fluido" y "actuado" en lugar de una fuente de poder herencia de una tradición y lugar únicos en el universo. Los estudios de género reemplazaron a los estudios de la mujer en el mundo académico y lo queer sustituyó a las lesbianas en la comunidad LGBT. Las cosas sólo han empeorado desde entonces. Hay mujeres que aman a mujeres que dicen que odian la palabra "lesbiana".

Una vez más nos encontramos a la defensiva. Ahora tenemos que decláranos "nacidas mujer" o incluso "mujeres cis" para identificarnos porque aparentemente cualquiera puede confabularse con la industria médico-farmacéutica y declararse mujer y encontrar aceptación allí donde va. Excepto por contados fuertes lésbico/feministas, l@s transexuales han tomado un paso agigantado en la agenda de los derechos civiles y se han convertido en la última causa de la comunidad LGBTQ a menudo en detrimento de las lesbianas.

De esta forma las lesbianas como último frente de mujeres que no necesitaba aprobación del patriarcado fueron derrotadas. No necesitar aprobación masculina era algo que el patriarcado no iba a permitir.

No está claro por qué las organizaciones LGB que antes se preocupaban por la opresión de las parejas del mismo sexo y el derecho a amar a quien quieras, han adoptado una causa que no tiene nada que ver con el sexo o el amor. La preferencia sexual ya no sería una preocupación y la identidad sexual sería dominante. La gente que defiende los derechos trans dice claramente que ser trans es una opción de género, no una preferencia sexual. Las mujeres trans que se identifican como lesbianas confirman su heterosexualidad.

Evidencia flagrante de nuestra supresión es la reunión más grande personas LGBT del mundo, Creating Change, una conferencia de 5 días organizada por el grupo que empezó siendo National Gay and Lesbian Task Force, pasó a rebautizarse como National LGBTQ Task Force y ahora simplemente se conoce como The Task Force. Con 5 días de cursos intensivos, más de 300 talleres y acomodaciones de lujo, en esta conferencia no hay programas de día completo para las lesbianas ni suites de lujo. En el año 2013 sólo hubo 3 talleres específicos para lesbianas. Y aunque este grupo ha recibido muchas críticas por parte de lesbianas, no tiene intención ninguna de cambiar Creating Change y/o su movimiento en el futuro.

Que las lesbianas seamos ignoradas no es nada nuevo y, a pesar de las quejas de las lesbianas a los líderes de la comunidad LGBT durante décadas, no vemos mejora ni intención de mejorar. La última gilipollez es la decisión de Mount Holyoke College (otrora elitista universidad para mujeres) de no representar los “Monólogos de la Vagina” de Eve Ensler porque no todas las mujeres tienen vaginas.

Sin embargo, el último capítulo en la lucha contra el patriarcado aún no se ha escrito. Confiamos en que si alguien puede reclamar nuestro núcleo femenino y volver a fundamentar nuestra cultura basada en el sexo femenino , sería un ejército de ex amantes que no pueden fallar. Y esas somos nosotras. Las lesbianas.

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