Derechos de la mujer en España: retroceso e incumplimiento de compromisos en las políticas de cooperación internacional al desarrollo y género

* * copiado tal cual del “informe Sombra 2008-2013 sobre la aplicación en España de la convención para la eliminación de toda forma discriminación contra las mujeres (CEDAW)”

La política de cooperación desarrollada por el Gobierno anterior suscitó parabienes a nivel internacional, al erigirlo en una política de estado guiada por un enfoque multidimensional del Desarrollo, con el enfoque de derechos y la igualdad de género (IG) como prioridades, en línea con la Ley 23/1998 de Cooperación Internacional. Además, se acompañó del desarrollo de una arquitectura institucional coherente y el impulso a la Planificación de Género, junto a un incremento de recursos y una apuesta por la cooperación multilateral. En los últimos años, sin embargo, se han producido profundas transformaciones que imposibilitan el cumplimiento de los compromisos adoptados en materia de cooperación y género, dando lugar, en la práctica, a relevantes incumplimientos. Las transformaciones que se han producido están en relación con tres distintos ámbitos en relación con el modelo de cooperación y los recursos aplicados a la misma.


APLICACIÓN DE UN MODELO DE COOPERACIÓN “GENDER BLIND” (INSENSIBLE AL GÉNERO) Y DEJACIÓN DE LOS COMPROMISOS NACIONALES E INTERNACIONALES

El IV Plan Director de la Cooperación Española 2013-2016 prioriza la internacionalización de la empresa española ligada a la iniciativa Marca España, como elementos potenciales de la recuperación económica española. Estas políticas son ciegas al género, promueven un enfoque utilitarista de las mujeres y, por lo tanto, reproductoras de las desigualdades de género. Apenas se menciona la necesidad de que las empresas garanticen el respeto por los DDHH y, específicamente, los derechos de las mujeres.

En este contexto, se produce un escaso cumplimiento, inoperatividad y parálisis del marco normativo y programático vigente. Este es el caso del Plan Nacional de Acción para el cumplimiento de la Resolución 1325, el Plan de Acción sobre Mujeres y Construcción de la Paz, y el Plan de Actuación Sectorial de Género y Desarrollo. Se incumple, además, el compromiso establecido en el I Plan Director 2009-2012 que preveía destinar el 15% de la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) distribuible sectorialmente a programas de Género (9%) y a Salud Sexual y Reproductiva (6%).


DISMINUCIÓN DE RECURSOS DE COOPERACIÓN Y DESMANTELAMIENTO DE LOS MECANISMOS E INSTRUMENTOS DE GÉNERO

Los recortes afectan de manera especial a programas claves para el logro de la IG. Así, mientras que en 2008, la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) española dirigía el 3,14% a programas de salud sexual y reproductiva y el 2,10% a instituciones de igualdad, en 2011 se pasa al 2,08% y 0,90% respectivamente. Por el contrario, el instrumento que más crece en recursos es el Fondo para la Promoción del Desarrollo (FONPRODE) creado en 2010 y que en 2013 se reforma traspasando su gestión del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación al de Economía y Competitividad. En 2013 cerca del 70% de la AOD se dirigiría a préstamos y créditos, incumpliendo las recomendaciones del Comité de Ayuda al Desarrollo (CAD). Por otro lado, con la reforma del Estatuto de la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECID) en 2012, la Dirección de Cooperación Sectorial, de Género y Organizaciones No Gubernamentales de Desarrollo (ONGDs) pasa a denominarse Dirección de Cooperación Multilateral, Horizontal y Financiera. Asimismo, se suprime el Departamento de Cooperación Sectorial y de Género que pasa a denominarse exclusivamente Departamento de Cooperación Sectorial; desapareciendo también puntos focales y áreas de género en numerosas Oficinas Técnicas de Cooperación (OTC).


DESMORONAMiENTO DE LA ESTRUCTURA ORGANiZATiVA E iNSTiTUCiONAL (COOPERACiÓN DESCENTRALiZADA Y TEJiDO SOCiAL)

La cooperación descentralizada, seña característica del modelo de la cooperación española, se encuentra en riesgo de desaparecer a causa de dos razones principales: por un lado, los recortes y, por otro, el cuestionamiento de las competencias locales. Por lo que se refiere a los recortes, se aprecia una caída de un 44% desde su año de máxima contribución en 2008. Así, las CCAA destinaron a la AOD en 2011 un promedio del 0,13% de su presupuesto, el porcentaje más bajo de la última década. En lo que respecta al tejido social, algunos estudios estiman que entre un 20-30% de las ONGs han desaparecido, y según datos extraídos de la encuesta realizada por la Coordinadora de ONGDs de España el 96% de las ONGDs miembros han visto disminuidos sus fondos públicos, con el consecuente cierre de proyectos y abandono de países. Ello supone, además de la asfixia económica de las ONGDs españolas, un negativo impacto sobre las entidades colaboradoras del Sur que mencionan presiones para centrarse en “pequeños emprendimientos de generación de ingresos que incluyan a hombres y mujeres, evitando el abordaje de temas cuestionadores de las relaciones desiguales de poder entre unas y otros”.

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