Habitación en Roma
Mañana se estrena en España la última película de Medem. Si no la estrenan en NewFest el mes que viene supongo que la veré tarde, mal y nunca como me pasa con casi todas las películas españolas.
Miedo me da cómo pueda ser la película. Tratándose de Medem, cuyas películas me gustan todas menos Tierra (que a día de hoy sigo sin haber visto entera porque me quedo frita), quiero pensar que no va a caer en lo morboso pero mucho me temo que me equivoco. No hay más que ver el cartel oficial de la peli para saber que lo que quieren vender no es una historia de amor o un rollo de una noche lésbico en Roma sino dos tías encerradas en una habitación dale que te pego toda la noche para ponérsela morcillona al espectador.
Primero y principal, que te acuestes con una tía una noche no te hace lesbiana así que no entiendo por qué están vendiendo la película como una película de temática lésbica. Habrá que ver en qué acaba la cosa porque si una de las protas está casada y con hijos y la otra va a casarse y se separan después de la noche de charleta y pasión loca como si nada... Eso, en mi diccionario, no es ser lesbiana. Te lo puedes estar pensando – pero, a no ser que tenga un final sorprendente, que no vendan la película como lo que no es.
A menos de dos semanas del tercer Día de la Visibilidad Lésbica me parece muy fuerte que:
(a) pudiendo haber elegido otra imagen para promocionar la película como la de las protagonistas en albornoz en el balcón del hotel o despidiéndose, caigan en lo fácil: las dos desnudas, invitando al espectador a entrar a verlas (¿hemos vuelto a la época del destape o no hemos salido de ella?) y perpetuando el arquetipo de lesbiana de película porno, repetido hasta la saciedad, que básicamente defiende que las mujeres se calientan con besos, caricias y lamidas varias pero para sentirse realizadas sexualmente necesitan una buena polla (ahí es donde entra el actor porno de turno).
(b) un hombre heterosexual defina lo que es una lesbiana y perpetúe estereotipos de lesbianas guapas que te cagas y con cuerpos danone para uso y disfrute del personal masculino. Se ve que las lesbianas entraitas en carnes o en años no son agradable a sus ojos de director y guionista.
(c) las ayudas económicas, facilidad de medios y subvenciones con las que Medem ha contado no estén al alcance de las directoras y productoras de cine que ahora mismo en España están queriendo hacer la misma película y se comen los mocos porque Canal +, Televisión Española y las productoras independientes no les abren la puerta
Es fácil criticar los toros desde la barrera y poner a parir la película sin haberla visto. Ya os contaré si me he equivocado cuando la vea. A priori me parece una apropiación indebida de la lucha por alcanzar una visibilidad lésbica real en España, un perpetuar estereotipos heterocentristas sobre las lesbianas y una propuesta de marketing errónea.
Miedo me da cómo pueda ser la película. Tratándose de Medem, cuyas películas me gustan todas menos Tierra (que a día de hoy sigo sin haber visto entera porque me quedo frita), quiero pensar que no va a caer en lo morboso pero mucho me temo que me equivoco. No hay más que ver el cartel oficial de la peli para saber que lo que quieren vender no es una historia de amor o un rollo de una noche lésbico en Roma sino dos tías encerradas en una habitación dale que te pego toda la noche para ponérsela morcillona al espectador.
Primero y principal, que te acuestes con una tía una noche no te hace lesbiana así que no entiendo por qué están vendiendo la película como una película de temática lésbica. Habrá que ver en qué acaba la cosa porque si una de las protas está casada y con hijos y la otra va a casarse y se separan después de la noche de charleta y pasión loca como si nada... Eso, en mi diccionario, no es ser lesbiana. Te lo puedes estar pensando – pero, a no ser que tenga un final sorprendente, que no vendan la película como lo que no es.
A menos de dos semanas del tercer Día de la Visibilidad Lésbica me parece muy fuerte que:
(a) pudiendo haber elegido otra imagen para promocionar la película como la de las protagonistas en albornoz en el balcón del hotel o despidiéndose, caigan en lo fácil: las dos desnudas, invitando al espectador a entrar a verlas (¿hemos vuelto a la época del destape o no hemos salido de ella?) y perpetuando el arquetipo de lesbiana de película porno, repetido hasta la saciedad, que básicamente defiende que las mujeres se calientan con besos, caricias y lamidas varias pero para sentirse realizadas sexualmente necesitan una buena polla (ahí es donde entra el actor porno de turno).
(b) un hombre heterosexual defina lo que es una lesbiana y perpetúe estereotipos de lesbianas guapas que te cagas y con cuerpos danone para uso y disfrute del personal masculino. Se ve que las lesbianas entraitas en carnes o en años no son agradable a sus ojos de director y guionista.
(c) las ayudas económicas, facilidad de medios y subvenciones con las que Medem ha contado no estén al alcance de las directoras y productoras de cine que ahora mismo en España están queriendo hacer la misma película y se comen los mocos porque Canal +, Televisión Española y las productoras independientes no les abren la puerta
Es fácil criticar los toros desde la barrera y poner a parir la película sin haberla visto. Ya os contaré si me he equivocado cuando la vea. A priori me parece una apropiación indebida de la lucha por alcanzar una visibilidad lésbica real en España, un perpetuar estereotipos heterocentristas sobre las lesbianas y una propuesta de marketing errónea.
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