Sharia en Sudán
A veces pienso que lo malo de la sharia no es la sharia en sí sino que cada cual se la tome por su mano. Me explico: por muy injusto que sea el tribunal islámico, por mucho que la mayoría de personas juzgadas sean mujeres que de entrada tienen el juicio perdido, toda persona tiene derecho a que se la juzgue y a que le impongan la condena que sea y, si es un castigo corporal, a que se le aplique de la forma más humana posible. A la mujer de la imagen se la está castigando por llevar pantalones en plena calle, a la vista de todo el mundo, sin detenerla ni llevarla a juicio. Para los dos sádicos escondidos bajo un uniforme de policía que deciden liarse a latigazos con ella llevar pantalones pegarle 53 latigazos pero no es lo suficientemente malo para tomarse la molestia de detenerla, llevarla a comisaría y dejar que vaya a juicio.
Al contrario que en el caso de Lubna Ahmed al Husein o quizá a consecuencia de, a esta mujer se la humilla en plena calle como si fuese un perro. Digo “a consecuencia de” porque quién sabe si toda la atención mediática que recibió su caso no ha hecho que el gobierno sudanés aprobase alguna ley o decidiera bajo cuerda que se puede dar latigazos a las mujeres sin un juicio porque no habiendo juicio no hay lugar a pedir un aplazamiento y a movilizar a las activistas de los derechos de la mujer y los derechos humanos en el resto del mundo.
El vídeo no muestra cómo la detienen por la calle ni por qué van a darle latigazos. Sólo se ve a los dos policías con el látigo suelto y ganas de irse a casa. No sé tú, pero yo al oír o leer la palabra “latigazos” pienso que son dados en la espalda, con la víctima atada y colocada de cierta manera para que se los den todos en el mismo sitio sin dañarle algún órgano interno. A esta mujer se los dan hasta en la cara mientras suplican que dejen de darle latigazos. No sólo la humillan públicamente sin un juicio justo sino que, con latigazo mal dado, pueden desfigurarla, dañarle órganos internos, provocarle un ataque al corazón o darle en la aorta y cargársela ahí mismo.
Las autoridades sudanesas están investigando a los policías que aparecen en el vídeo pero, no nos engañemos, sólo por el revuelo internacional que ha causado que el vídeo esté en YouTube.
Al contrario que en el caso de Lubna Ahmed al Husein o quizá a consecuencia de, a esta mujer se la humilla en plena calle como si fuese un perro. Digo “a consecuencia de” porque quién sabe si toda la atención mediática que recibió su caso no ha hecho que el gobierno sudanés aprobase alguna ley o decidiera bajo cuerda que se puede dar latigazos a las mujeres sin un juicio porque no habiendo juicio no hay lugar a pedir un aplazamiento y a movilizar a las activistas de los derechos de la mujer y los derechos humanos en el resto del mundo.
El vídeo no muestra cómo la detienen por la calle ni por qué van a darle latigazos. Sólo se ve a los dos policías con el látigo suelto y ganas de irse a casa. No sé tú, pero yo al oír o leer la palabra “latigazos” pienso que son dados en la espalda, con la víctima atada y colocada de cierta manera para que se los den todos en el mismo sitio sin dañarle algún órgano interno. A esta mujer se los dan hasta en la cara mientras suplican que dejen de darle latigazos. No sólo la humillan públicamente sin un juicio justo sino que, con latigazo mal dado, pueden desfigurarla, dañarle órganos internos, provocarle un ataque al corazón o darle en la aorta y cargársela ahí mismo.
Las autoridades sudanesas están investigando a los policías que aparecen en el vídeo pero, no nos engañemos, sólo por el revuelo internacional que ha causado que el vídeo esté en YouTube.
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